Con el fin de reanimar su economía con incentivos para los productores locales, el país vecinos anunció ayer la implementación de una serie de medidas que dificultan el ingreso de productos nacionales, unos tres meses después de que la Argentina aplicara controles a la importación que hundieron casi en un 30 por ciento las ventas de Brasil.
El gobierno brasileño, bajo el liderazgo de Dilma Rousseff, decidió suspender el régimen de licencias automáticas de importación para una decena de productos argentinos, entre ellos perecederos como manzanas, uvas, vinos y quesos, además de papas y harina de trigo, según informa la agencia Reuters, sobre la base de fuentes de Brasilia.
Esta suspensión de licencias podría demorar hasta 60 días el ingreso de productos argentinos, luego de la advertencia a mediados de abril por parte del ministro brasileño de Agricultura, Mendes Ribeiro, respecto a trabar las importaciones en respuesta de dichos obstáculos.
“No había alternativa. No había voluntad de la Argentina de llegar a una solución. Brasil tuvo que reaccionar”, dijo a Reuters el presidente de la Asociación Brasileña de Exportadores de Carne de Cerdo, Pedro de Camargo Neto.
Brasil había suspendido a fines de abril el ingreso de uvas frescas y pasas importadas de la Argentina con el argumento de que fue detectado un cargamento contaminado con la plaga Brevipalpus chilensis.