El pasado martes se reunieron las diferentes entidades que participan de la cadena de comercialización de productos veterinarios. La convocatoria fue realizada por la Cámara de Laboratorios Argentinos Medicinales (Clamevet), desde donde se buscó propiciar un ordenamiento.
“Los laboratorios estamos muy ajustados a las disposiciones y reglamentaciones del Senasa que nos están obligando a estar en condiciones con respecto al resto del mundo, pero la necesidad que ellos tienen es darle trazabilidad a los alimentos”, explicó el directivo de Agreed S.A. y presidente de Clamevet, Carlos Labale. Y enfatizó: “Nosotros vemos que el resto de la cadena, que deberían también estar observados, están o con pocas reglamentaciones o con poco control”.
Desde Clamevet, dicen que se detectaron irregularidades en algunas veterinarias y que “por eso convocaron a todos los jugadores para discutir el tema”. La mesa redonda tenía lugar al cierre de esta edición. Fuentes del Senasa dijeron que ellos iban a exponer un proyecto sobre “Uso Responsable de Productos Veterinarios” en el que se plantea transparencia en el control desde la importación de las materias primas (las drogas) pasando por toda la cadena hasta llegar al productor final. Desde el organismo sanitario, entienden que si hay algo que plantear el marco para hacerlo es en la reunión del Comité Técnico del que participan Caprove, el Colegio de Veterinarios y Clamevet, entre otros, y que se reúne una vez por mes.
Además, participaron miembros del Consejo Profesional de Médicos Veterinarios, del Colegio Veterinario de Buenos Aires, de la Cámara de Distribuidores y la de Productos Veterinarios, así como también de la Federación Veterinaria Argentina.
Otro de los reclamos que se plantean desde esta cámara empresaria que nuclea a 60 laboratorios nacionales es una mayor injerencia de los veterinarios dado que, según Clamevet, el 72% del rodeo bovino nacional no se vacuna contra carbunclo. “Esta es una enfermedad epizootica, se transmite al ser humano; no cuesta nada (0,05 centavos la dosis)”, explica Labale, quien al ser consultado entonces sobre por qué cree que no se vacuna contesta “es una buena pregunta”. Más profundamente, encuentra las causas en la falta de concientización que deriva en mala utilización de los medicamentos, sin las prescripciones, creando resistencias por mal uso.
Droguerías, distribuidoras, veterinarias y usuarios, son las otras partes de la cadena para mejorar la situación. “Las droguerías deberían cumplir una serie de requisitos y disposiciones que a nuestro entender no se están cumpliendo, sobre todo la supervisión de las acciones de prevención y tratamiento en las explotaciones, algo que no se está haciendo”, indicó Labale, quien advirtió que en muchos establecimientos “los medicamentos los están aplicando los peones”.
Anabólicos en la mira
Por resolución 148 de la Secretaría de Agricultura de la Nación, quedó prohibido “en todo el territorio nacional el uso de productos veterinarios indicados como promotores de crecimiento que contengan en su formulación sustancias de acción beta agonista o tirostática”. Anteriormente, en 1995, uno de estos productos, el clenbuterol, había sido prohibido en el engorde de hacienda, por los perjuicios que puede generar para la salud humana.
Juan I. Martínez Dodda
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