Publicidad Cerrar X

Cálculos de verdeos para tambo

A la hora de implementar verdeos, se deberá tener en cuenta la adaptabilidad, fecha de implantación, y las diferentes velocidades de crecimiento.

A la hora de implementar verdeos, se deberá tener en cuenta la adaptabilidad, fecha de implantación, y las diferentes velocidades de crecimiento.
infocampo
Por Infocampo

Los verdeos en el tambo, de invierno o verano, son de vital importancia y un bastón necesario en el que se apoya gran parte de la producción lechera anual. La planificación en cualquier actividad económica es imprescindible para lograr las metas u objetivos prefijados.

La lechería no escapa de este precepto general y es clave realizar los cálculos correctamente para saber qué cantidad de alimentos y dentro de ellos de verdeos, se necesitan en cada época del año. Al realizar estos cálculos, obtenemos lo que se denomina presupuesto forrajero.

El cálculo consiste en conocer por un lado la demanda de alimentos de las diferentes categorías animales y por el otro la oferta forrajera disponible en las diferentes estaciones del año.

La demanda se obtiene multiplicando la cantidad de animales de cada categoría presentes en cada estación, por su peso promedio y por los diferentes niveles de producción. En este cálculo se toma como referencia a las vacas en lactancia.

Los resultados de la demanda se expresarán en kilos o gramos de materia seca, niveles de energía necesarios en megacalorías, gramos de proteína y muchos otros componentes como minerales y vitaminas no menos importantes, por requerirse cantidades menores de ellos. Todos los resultados se expresarán por cabeza y por día.

La oferta consiste en multiplicar las hectáreas disponibles de cada tipo de recurso como praderas, que será su numero más estable, reservas (silos- rollos) que varían de acuerdo a lo obtenido durante el año y niveles de suplementación, de acuerdo al precio relativo de éstos con el precio de venta de la leche.

Una vez obtenida la diferencia entre oferta y demanda agregaremos un porcentaje de aproximadamente un 25% como margen de seguridad. El ajuste para nivelar la oferta con la demanda se puede efectuar de dos maneras. Por un lado, y siempre tratando de respetar la rotación, ver cuántas hectáreas tenemos disponibles para la siembra de verdeos. En caso de sea suficiente, hay que anticipar la rotación y subir el nivel de suplementación si el número da, o bajar la carga como último recurso.

Las dos épocas del año con menores recursos forrajeros como el invierno y el verano pueden cubrirse perfectamente con la siembra de verdeos.

En los verdeos hay que controlar la fecha óptima de implantación para asegurar un buen y mejor aprovechamiento en cantidad de pastoreos, fundamental para poder amortizarlos. También es importante conocer las diferentes especies para identificar las de mejor adaptabilidad en la zona a trabajar, las diferentes velocidades de crecimiento para ajustar los momentos en que necesitaremos esos recursos y la persistencia de cada uno de los cultivos para manejar la época de disponibilidad de los mismos.

En la práctica, en los verdeos de invierno en la mayoría de los casos combinamos la posibilidad que brinda la cebada de siembra temprana, pero con menor producción total, con la estabilidad de producción que otorga la avena con una siembra algo más tardía pero con buenos porcentajes de crecimiento en ambientes fríos. Todo esto, combinado con la gran producción y excelente calidad final que dan los rye grass tetraploides con un inicio más lento.

Como verdeos de invierno no habrá que olvidarse del centeno y de los trigos. Si si bien no son comunes en la cuenca de abasto, son de gran utilidad en sus zonas de adaptación. Los verdeos de verano como el sorgo, el maíz de pastoreo y la soja de pastoreo nos permiten disponer de forraje verde y fresco en los momentos en que la producción de las praderas permanentes decrece. Es aconsejable manejar estratégicamente todos estos recursos disponibles, y contar con una segunda opción, aunque todo salga según lo planificado. El cálculo siempre debe ser de mínima y si todo funciona habrá excedentes que habrá que transformar en reservas a la espera de momentos de necesidad.

Dr. Marcelo Luis Frías / especial para Infocampo

Seguí leyendo:

Temas relacionados: