Brasil tiene una fuerte tradición en el cooperativismo rural, y sus máximos exponentes se destacan no sólo por comercializar la producción granaria de sus socios y proveerles de insumos y acceso al financiamiento, sino también por procesar las materias primas y agregarles valor, además de exportar. Este es el caso de la Cooperativa Campo Mourao (Coamo), que fue creada en 1970 en el estado de Paraná.
Fueron 79 los socios fundadores, con un capital social mínimo. Hoy Coamo cuenta con 24.000 agricultores asociados y 113 locaciones distribuidas en los estados de Paraná, Santa Catarina y Mato Grosso do Sul.
La facturación en tanto alcanzó a 5.970 millones de reales en el ejercicio 2011. Al cambio actual esto representaría unos 2.950 millones de dólares. Para tener una comparación, en el ejercicio 2001 las ventas alcanzaban los 1.544 millones de reales y para el 2009, 4.337 millones.
Otros datos importantes son que cuentan con una capacidad de almacenaje de 5 millones de toneladas y que su originación supera levemente ese volumen. El total de granos y fibras que comercializa Coamo es el 3,5% de la producción brasileña agrícola, mientras que sus exportaciones rondan el 1% de la exportación del agronegocio brasileño y más del 10% de lo exportado por el sector cooperativo.
Pero lo más interesante es cómo esta cooperativa fue avanzando en la cadena de valor granaria, incorporando procesos industriales que agregan valor a sus granos.
En 1981 arrancó con la molienda de soja, que fue ampliando en los años sucesivos, incluso incorporando una terminal portuaria en Paranaguá (Paraná), de donde puede operar directamente con el exterior. En el ejercicio 2011 molió 1,88 millón de toneladas de soja, a partir de una estructura de cinco plantas entre propias y alquiladas, que suman una capacidad diaria de molienda de 6.000 toneladas.
En 1996 arrancaron con el refinado del aceite, con lo cual comenzaron a operar directamente en el mainstream del consumo familiar. La cooperativa desarrolló sus propias marcas de aceite, margarinas, harina de trigo y café, que les permite llegar directamente a las mesas de los consumidores brasileños.
En el caso del trigo, muelen unas 50.000 toneladas anuales en dos establecimientos, que suman 200 t/día de capacidad. En tanto, la capacidad de refinación de aceite de soja es de 350 t/día, y la de elaboración de margarina, de 120 toneladas.
La unidad Alimentos Coamo aportó en el ejercicio 2011 un 10% a la facturación total, esto es 599 millones de reales o casi 300 millones de dólares.
En tanto, su planta de personal trepa a 5.400 trabajadores directos, a los que se suman 1.500 promedio mensual entre temporarios y tercerizados.
Coamo se define como la mayor cooperativa de América Latina. Pero para tener un punto de comparación, la argentina AFA, que también es una cooperativa de primer grado, con 15.000 productores socios activos, comercializó en el ejercicio 2009/10 más de 4 millones de toneladas de granos y tuvo una facturación de $4.500 millones, equivalente a unos 1.100 millones de dólares de ese momento.