La empresa posee una planta de incubación en Marcos Paz, con una capacidad de fertilización de 600.000 huevos semanales, y una planta de faena emplazada en Roque Pérez, con una capacidad diaria de faena de 65-70.000 aves/día.
Para la comercialización, Criave dispone de 112 granjas integradas, para la crianza y engorde de pollos parrilleros. Todos los establecimientos se encuentran ubicados en un radio de 60 kilómetros de Roque Pérez. Además, cuentan con dos granjas propias, con una capacidad de 300.000 animales, 14 granjas de reproductores propios y dos granjas con ejemplares de la línea Hubbard, que da origen al plantel de reproductores, que asciende a 170.000 animales. Las granjas integradas de Criave permiten al criador realizar entre cinco y seis crianzas al año, en un ciclo cuya duración total es de 47 a 49 días, y un pollo con un peso final estimado en 2,8 kilos. El productor aporta el establecimiento, mano de obra, luz y gas.
Criave suminstra el pollo BB, alimento, vacunas, remedios, asesoramiento y el sistema de trabajo.
Alvaro Perea (h), socio de Criave, explicó que la inversión necesaria para un galpón semiautomático con capacidad para 15.000 animales, y de un tamaño de 12 x 130 m es de $ 180.000. “La rentabilidad total para el criador es de 40%, teniendo en cuenta el alimento recibido y la cantidad de kilos que entrega”, detalló Perea. El productor recibe por ave $0,90.
El alimento de las aves es manufacturado por Criave en sus dos plantas procesadoras. En Roque Pérez, junto a la planta de procesamiento, se elaboran 450 t/día de alimento, mientras que en la ubicada en Marcos Paz se elaboran 250 t/semana.
La producción anual de Criave es de 16,7 M de animales, y además de comercializar su producción en todo el país, destina parte de su producción al mercado externo, con Hong Kong y Rusia como principales clientes:
“En el mediano plazo pretendemos ingresar en otros mercados, como Angola, Arabia Saudita, Vietnam y Chile”, sostuvo Perea.
