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Cuando simular es estimular

Los más utilizados son los modelos a escala de cultivos, pero se avanza en los análisis a más largo plazo y la genómica

Los más utilizados son los modelos a escala de cultivos, pero se avanza en los análisis a más largo plazo y la genómica
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Por Infocampo

Argentina es el país de mayor adopción de agricultura de precisión en América latina, pero también es líder en la utilización a campo de modelos de simulación, en emprendimientos mixtos público-privados. Australia también tiene un proyecto muy serio focalizado en el norte del país, mientras que en Europa su utilización está más ligada a proyectos de cambio climático.

De EE.UU., mentor del sistema y líder en la generación de modelos, no se conoce demasiada experiencia a campo.

En nuestro país, los modelos de simulación se están aplicando en la toma de decisiones de empresas agropecuarias. De hecho, la Cátedra de Cereales de la Facultad de Agronomía de la UBA está trabajando fuertemente con Aacrea en las evaluaciones de estos modelos en planes nacionales y zonales.

La empresa agropecuaria los utilizan para optimizar sus decisiones. Pero estos modelos “no reemplazan a quien toma las decisiones, sino que lo ayudan a pensar”, destacó a Infocampo Jorge Mercau, investigador de la cátedra de Cerealicultura.

En el país, los más usados son los modelos de simulación a escala de cultivos, que sirven para predecir su comportamiento en un año, y están orientados al rendimiento, pero también evalúan el comportamiento de todo el cultivo (canopeo, biomasa, uso del agua). Son modelos de la familia de los Dssat (Decision Support System for Agrotechnology Transfer) y los nombres más conocidos son los Ceres Wheat (trigo), Ceres Maite (maíz), el Oilcrop-sun (para girasol) y el Cropgro (para soja).

Existen otros de menor aplicación, como los modelos Cropsyst y Century. Este último se caracteriza por contar con un análisis de más largo plazo y aplicado al balance de carbono. Además, permite conocer cómo podrían evolucionar los sistemas bajo determinados manejos agrícolas

o pastoriles. “Los modelos Dssat está claro que funcionan bien para predecir el comportamiento de un cultivo en un año, y si bien están armados para hacer una secuencia de varios años, no está clara su utilidad para predecir cosas a más largo plazo. Para estos casos, el modelo que tiene una valuación seria a nivel mundial y en la Argentina es el Century, que estudia cosas como la materia orgánica en los últimos 400 años”, recalcó Mercau.

El especialista, encargado de abordar este tema en Mundo Agro, anticipó que en los próximos años se seguirá trabajando con los Dssat, pero con “códigos más abiertos, más intercambiables y sobre todo más dinámicos”. Pero, como estos modelos “no son de uso rutinario” para los profesionales, se desarrollaron otras herramientas basadas en ellos y de uso más masivo. En concreto, estamos hablando de los proyectos Triguero y Maicero de Aacrea, que simulan distintos escenarios para evaluar la respuesta al nitrógeno por ambientes. “Ya no es el modelo en sí mismo, sino el modelo aplicado a un problema, que es manejo de la fertilización nitrogenada.”

Triguero (de tres años de antigüedad) y Maicero (recién iniciado) tienen alcance nacional y están siendo distribuidos en forma gratuita por Aacrea y Profertil. Son verdaderos “visualizadores de resultados”, enfatizó.

Pero existe una investigación que seguramente revolucionará el futuro de la agricultura y es la referida a la identificación del impacto de la expresión de un gen en un sistema de producción. “El objetivo es que a partir de las características genéticas de una variedad podamos conocer su posible impacto en el rinde en distintos años, para distintos lugares.” Biotecnología+precisión+simulación=liderazgo.

Mundo Agro 2006: integrar para ganar

En la apertura del congreso, que se realiza hasta el viernes en el Hotel Hilton de Buenos Aires, la sustentabilidad fue presentada como la gran impulsora del crecimiento agronómico del país.

La intensificación de la interacción entre los cultivos y la constante actualización tecnológica para abordar estos sistemas más complejos, completan la ecuación con que la Argentina plantea su posicionamiento mundial como proveedor de agroalimentos, dijo Emilio Satorre, de la Cátedra de Cereales de la Fauba y Coordinador Académico del Área de Tecnología de Aacrea.

Marianela Garbini

mgarbini@infocampo.com.ar

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