“Hay que trabajar para terminar con la Brasil-dependencia”, señaló Marcelo Barg, ministro de Agroindustria, al término de la reunión a con Cafim (Cámara de la Fruta Industrializada de Mendoza). El Gobierno ofreció reorientar la oferta a Venezuela, Colombia y México, considerados mercados que pueden sustituir largamente la demanda brasileña, con un incentivo al “inland” extra-Mercosur, para amortiguar el costo del flete.
Directivos de Fepedi (Federación del Plan Estratégico del Durazno Industrializado) coordinan su implementación con asesores de la Subsecretaría de Promoción Industrial. Ayer, unos y otros evitaron precisar montos o porcentajes, a la espera de que hoy Barg se lo formalice a la secretaria de Comercio Exterior,
Beatriz Paglieri, durante una reunión en la que espera contactos con su par Tatiana Prazeres acerca del volumen de mercadería mendocina que aún no llega a los importadores. Básicamente, el estímulo se concibe como “una compensación para el transporte, y reintegros bajo la condición de destinarlos a proyectos para el desarrollo del sector”, según explicó una fuente de Agroindustria.
Según publicó diario Los Andes de Mendoza, ante los nubarrones con el principal socio del Mercosur, los industriales lo ven con buenos ojos porque ayudaría a abaratar presupuestos en esos mercados alternativos, que exigen registración y bastante burocracia. Aún quienes no quieren desentenderse del todo de Brasil, lo toman como un soporte de otro escenario; que puede seguir, en tiempos de licencias no automáticas de importación, el acuerdo por cupos que viene renovándose desde 2008 con la contraparte brasileña.
A tal punto, que desde Cafim ponen en duda que tras su vencimiento el 31 de diciembre, se rediscuta el acuerdo que los empresarios de Pelotas utilizan como mecanismo de resguardo estacional de su producción, entre noviembre y marzo.

