En este sentido indicó que “nosotros quisiéramos tener un lugar donde discutir las formas del aumento al impuesto inmobiliario. Al que tiene más capacidad contributiva le deberían aumentar en mayor proporción el impuesto que al pequeño productor. Por eso, esta noche, los compañeros del norte se reúnen. Algunos dicen que hay que declararse en estado de movilización. Más allá de eso, hay un repudio a la decisión unilateral, porque no ha habido un lugar donde discutir el aumento. Entonces, en lugar de concertar se dictamina”.
Al mismo tiempo indicó que “hay zonas que vienen recuperándose de 15 ó 20 años de emergencia agropecuaria consecutiva, como el centro de la provincia. En el sur está bien que se contemple debido a que ha sido muy castigado. Ahora, en las zonas más beneficiadas hay que distinguir que no se puede aumentar el 120 por ciento por el sólo hecho de estar en una zona beneficiada. Lo que hay que distinguir es quiénes son los que tienen capacidad contributiva y quiénes no. Se pueden recaudar los mismos 580 millones de pesos por distintas vías. Es por eso que ahí falla el principio de progresividad.”
También explicó que “el sector agropecuario es el que tiene mayor nivel de informalidad laboral. Pero hay que ver los matices. No es lo mismo producir en 10 ó 20 hectáreas de citricultura, peras, manzanas, algodón o en los cordones frutihortícolas, que tener dos mil cabezas en una estancia”.
Con respecto al futuro del sector frutihortícola remarcó que “nosotros le pedimos al ministro Tomada que hay buscar una legislación laboral que se adecue a la realidad del producto frutihortícola. Entonces, el ministro dijo que en enero se va a abrir una mesa con legisladores, con los trabajadores y con las entidades empresarias para buscar una solución, porque reconoce que no es lo mismo la legislación laboral para la industria y los grandes productores de actividades tradicionales y permanentes, que la de productos que son muy distintos y que citan una legislación específica”.
