‘Para que los pequeños y medianos productores sean competitivos y viables el sistema tributario y los derechos de exportación tienen que aplicarse en forma diferencial, fundada en el tamaño de la explotación agrícola, en la producción obtenida y en los niveles de facturación’.
Así lo indicó un comunicado difundido por la dirigencia de Federación Agraria (FAA), quien, en el marco de una conferencia de prensa ofrecida ayer en la sede porteña de la entidad, ratificaron que realizarán una movilización en la ciudad de Buenos Aires el próximo 18 de agosto para reclamar ‘una política pública segmentada’.
‘El actual modelo agropecuario no contempla la realidad del pequeño y mediano productor. Los expulsa del sistema o los convierte en rentistas. Además consolida un modelo de concentración de la tierra (especialmente en el uso y tenencia vía contratos) y de la producción’, aseguró FAA. A continuación se reproducen los principales párrafos del comunicado de la entidad.
‘El 70% de las tierras agrícolas se trabajan en arrendamientos (contratos de alquiler por un año). Los sujetos dominantes y privilegiados del modelo agropecuario de gran escala son los pools de siembra, los fondos de inversión y empresas que siembran gran cantidad de hectáreas en distintas regiones. Estos actores se llevan la riqueza que obtienen de los distintos lugares sin generar un desarrollo económico local. No generan empleo, no contratan servicios, ni compran insumos en el lugar donde están arrendando’
‘Una de las claves para la expansión de estas empresas pasa por la escala productiva y la estructura de costos. Para ser rentables en la producción de commodities se necesita bajar costos y los que están en condiciones de hacerlo son los grandes empresarios del sector que manejan volúmenes de compra y venta de gran magnitud, además de tener una escala de producción muy importante. Esto produce que los pequeños y medianos productores tradicionales, chacareros, empresas familiares del interior, no puedan competir y terminen cediendo sus tierras en alquiler, convirtiéndose en rentistas’.
‘Por otro lado, una parte de estos productores salen a alquilar campos (propietario-arrendatario-contratista) para agrandar la escala productiva y mantener sus ingresos, compitiendo con sus propios pares, produciéndose un verdadero ‘remate’ de campos que no contempla la sostenibilidad agronómica, social, ni el desarrollo integral’.
‘Por lo dicho si convalidamos un sistema de retenciones sin segmentación o eliminamos las retenciones para todos los actores sin ninguna diferenciación vamos a terminar siendo funcional a la actual concentración agropecuaria y a más exclusión de pequeños y medianos productores’.
‘Es por esto que propiciamos políticas públicas de diferenciación o segmentación que partan de la base que lo que llamamos el ‘campo’ no es algo homogéneo, uniforme, lineal, etc. Intervienen una pluralidad de sujetos que son muy distintos desde el punto de vista económico, social, y que representan intereses contrapuestos’.
‘Cualquier política pública o en este caso los derechos de exportación deben reconocer esta desigualdad y pluralidad en el denominado ‘sector’ o ‘campo’ y mediante esto implementar esquemas de segmentación que permitan una clara diferenciación de sujetos, buscando beneficiar a los pequeños y medianos productores’.
‘Si creemos que eliminando retenciones vamos a beneficiar de la misma manera a un pequeño productor que a un pool de siembra o una mega empresa agropecuaria, significa que no entendemos o conocemos la realidad y que vamos a ser cómplices del que ‘pez grande’ se coma al más pequeño’.
‘También sostenemos que una política de segmentación no debe circunscribirse solamente a la segmentación de las retenciones. Desde Federación Agraria Argentina propiciamos un modelo de desarrollo de país que fortalezca a las pequeñas y medianas empresas en general, al coooperativismo, al trabajo, a los pueblos del interior y al federalismo’.
‘Es por esto que propiciamos a que se legisle en temas estructurales y cruciales para construir una nación más democrática, tales como un programa de desarrollo rural integral que tenga como eje a la empresa agropecuaria familiar y su ámbito espacial, como una herramienta clave para el desarrollo sustentable y armónico; una nueva ley de arrendamientos rurales; límites a la extranjerización de las tierras; creación de un nuevo instrumento de participación, control y regulación del comercio de granos; plan de fomento de las economías regionales; reforma tributaria basada en el principio de la equidad fiscal, la progresividad en el impuesto a las ganancias, la segmentación tributaria y en políticas anti evasión; y un plan Estratégico Agroindustrial para las Pymes’.

