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El costo de intervenir los mercados de futuros

Si las autoridades del gobierno argentino no hubiesen destruido el mercado de futuros local, uno de los principales ganadores de esa política habría sido el Estado nacional.

Si las autoridades del gobierno argentino no hubiesen destruido el mercado de futuros local, uno de los principales ganadores de esa política habría sido el Estado nacional.
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Por Infocampo

‘Hace apenas unos meses, los cultores obsesivos del fracaso colectivo hablaban de los mercados a futuro y hacían especulaciones de cuánto iban a ganar ellos y cuánto íbamos a perder nosotros’. Esto dice el artículo firmado por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y publicado hoy domingo en el diario La Mañana de Formosa.

Si bien el artículo no especifica a qué mercado futuro se refiere ‘existen cientos en todo el mundo con una amplísima variedad de contratos’ en el caso argentino tales mercados contribuyeron en los últimos cien años a brindar estabilidad de ingresos a los empresarios agrícolas y por extensión a las comunidades regionales y al Estado nacional.

Los mercados a término en la Argentina están lejos de ser una novedad. El Mercado General de Productos Nacionales del Rosario de Santa Fe, antecesor del actual Mercado a Término de Rosario (Rofex), fue creado en 1909. En ese mismo año se creó el Mercado de Cereales a Término de Buenos Aires.

Los granos y derivados agrícolas ‘aceites y pellets’ son productos con demanda global y oferta condicionada por una serie de diversos factores climáticos, económicos, financieros y logísticos. Por este motivo, los precios de los granos suelen registrar elevadas oscilaciones en períodos muy cortos de tiempo (lo que se denomina volatilidad).

La volatilidad excesiva implica un riesgo insoportable para los empresarios. Pero gracias a los mercados de futuros es posible ir regulando el precio final ‘de venta o de compra, según el caso’ de los granos, de manera tal que éstos permitan darle cierta seguridad al negocio.

De hecho, si las autoridades del gobierno argentino no hubiesen destruido el mercado de futuros local (por medio de la resolución 543/08 de la Oncca y sucesivas), uno de los principales ganadores de esa política habría sido el Estado nacional.

Entre los meses de mayo y julio de 2008 hubo precios espectaculares de los granos en el mercado internacional. Con mercados de futuros funcionando normalmente, por entonces muchos productores argentinos habrían tenido la posibilidad de vender por adelantado parte de su cosecha de soja 2008/09 a valores de 330 a 415 u$s/tonelada y de maíz a precios de 180 a 195 u$s/tonelada.

Actualmente el precio de los contratos de soja mayo 2009 son del orden de 220 u$s/tonelada y los de maíz abril 2009 de unos 114 u$s/tonelada.

De esta manera, si los mercados de futuros no hubiesen sido intervenidos por el gobierno nacional, los productores habrían podido lograr precios promedio de venta más razonables. El primer beneficiado de tal hecho habría sido el Estado nacional por un mayor ingreso en concepto de retenciones agrícolas.

Entre enero y septiembre de 2008, según datos de la Subsecretaría de Ingresos Públicos de la Nación, el Estado nacional recaudó 27.861 millones de pesos en concepto de derechos de exportación, la mayor parte de los cuales fueron aportados por retenciones a las ventas externas de commodities agrícolas.

Esos 27.861 millones de pesos equivalen el 17% del total recaudado por el Estado nacional en los primeros nueve meses de 2008.

Por tales motivos, todo lo que contribuya a maximizar los precios de venta efectivos sobre los cuales se aplican los derechos de exportación agrícolas, más que una política sectorial es una cuestión que impacta de manera directa en los ingresos del Estado nacional.

Ezequiel Tambornini

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