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En Córdoba el tambo viene recargado

El ingeniero agrónomo Angel Barrenechea es un productor lácteo de Villa María que tras 26 años de trabajo en el INTA se volcó de lleno a sus dos pasiones: el tambo y la docencia.

El ingeniero agrónomo Angel Barrenechea es un productor lácteo de Villa María que tras 26 años de trabajo en el INTA se volcó de lleno a sus dos pasiones: el tambo y la docencia.
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Por Infocampo

El ingeniero agrónomo Angel Barrenechea tercera generación de tamberos de origen vasco, es un productor lácteo de Villa María que tras 26 años de trabajo en el Inta se volcó de lleno a sus dos pasiones: el tambo y la docencia.

Y ambas actividades se vinculan: mientras dicta clases en la cátedra de Producción Lechera de la Universidad Nacional de Villa María, día a día aplica sus conocimientos en La Cenobia, su empresa agropecuaria familiar.

El establecimiento, de 1.600 hectáreas, destina la mitad de la superficie a la agricultura, en donde se cultivan maíz, trigo, soja y sorgo forrajero. La otra mitad cuenta con un rodeo de 800 vacas, que se reparten en cuatro unidades de ordeño y promedian una producción de 22 l/día. Desde el 2008, y tras realizar varios estudios geoeléctricos, Barrenechea apostó fuerte y decidió dar una vuelta de tuerca a su planteo productivo: aplicar riego complementario en 120 hectáreas, en un ambiente que promedia entre 750-800 mm anuales de precipitaciones.

El objetivo: duplicar la producción de materia seca (MS) por hectárea. El esquema se articula en una rotación de cultivos anuales, que luego son cosechados como forraje conservado. “Hasta ahora, no hemos implantado cultivos plurianuales, como la alfalfa”, explicó.

A la hora de enumerar las ventajas del riego complementario en el tambo, el productor no duda: “Su gran ventaja radica en la posibilidad de transformar forrajes en leche”.

En este sentido, también explicó que el riego complementario no es una técnica que permita incrementar la producción individual de leche. “Permite estabilizar la producción y mejorar su volumen”, señaló. Barrenechea instaló un equipo TL de origen americano, un pivot fijo con un caudal de agua de 335 m3/ hora, para cubrir una superficie de 120 ha, divididas en cuatro sectores de 30 ha.

De este modo, además de rotar los cultivos se maximiza el uso del equipo. “Para evaluar el proyecto, consideramos que la inversión se debe amortizar en 15 años, aunque es posible que este período sea menor”, destacó.

Con respecto a otros productores lácteos de la zona que apliquen esta modalidad, Barrenechea destacó que en esa región, por la buena disponibilidad de agua, hay muchos equipos que son usados en agricultura, y un menor porcentaje en tambos.

Aumentando la producción. El rodeo consume pasturas y forrajes de producción propia, y se compra parte de los concentrados incluidos en la ración. Con el riego instalado, el objetivo apunta a duplicar la actual producción de materia seca destinada al rodeo de tambo, que oscila entre los 8-10.000 kg/MS/ha.

En una primera etapa, con un esquema de dobles cultivos, se alcanzaron los 20.790 kg/MS/ha. En esta cifra, se deben contemplar 90 ha de maíz picado (promedio 17.160 kg/MS/ha), 30 ha de soja (promedio 6.000 kg/MS/ha), 30 ha de sorgo forrajero próximo a picar (promedio 11.000 kg/MS/ha) y 30 ha de trigo, que no fue ensilado y tuvo un rendimiento estimado de 6.000 kg/ha.

El sistema presenta otras ventajas al momento de diseñar estrategias productivas. “Nuestro modelo permite movernos sin dificultades si cambiamos el destino de un lote, y podemos cosechar si cubrimos los requerimientos alimentarios del rodeo”, manifestó.

El punto central en donde descansa la rentabilidad de este modelo es el índice de conversión de MS a litros de leche.

Tomando como punto de partida 0,8-1 litro por cada kilo de MS, Barrenechea afirmó que los 20.790 kg/MS/ha obtenidos permiten incrementar la producción láctea de los actuales 16.000 l/día a 20.000 litros diarios. “Esta cifra puede variar, teniendo en cuenta que el rodeo durante una parte del año pastorea, usamos concentrados en la dieta y durante el período otoño-invierno están prácticamente confinadas”, sostuvo.

En este punto, agregó que las dos variables productivas que se manejan son la carga por hectárea y la producción por animal. En La Cenobia, se maneja una carga  animal de 1,10 EV/ha. En este punto, reconoció que al incorporar nuevos tambos, el sistema se encuentra en etapa de estabilización. “Esta carga se puede incrementar mucho más”, afirmó optimista. Además de incrementar y estabilizar la producción de MS por hectárea, Barrenechea busca exprimir al máximo su equipo de riego.

Para esto, está considerando la posibilidad de incorporar en el mediano el fertirriego en su esquema productivo, ideal para el uso con fertilizantes nitrogenados.

Nota publicada en la Edición de hoy del Semanario Infocampo

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