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En la bioestimulación está la fórmula para enfrentar el estrés de la sequía

La empresa Timac Agro propone un tratamiento nutricional integral en el cultivo de maní, que garantiza una ganancia de kilos y un retorno de la inversión por hectárea.

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Por Infocampo

Los primeros lotes de maní de la campaña 2022/23 ya han comenzado a ser implantados, con la incertidumbre que representa la falta de lluvias que ha asolado al centro del país durante todo el invierno y parte de la primavera.

Sin embargo, desde la empresa Timac Agro sostienen que es posible alcanzar buenos rendimientos, aún en un contexto de déficit hídrico durante el ciclo del cultivo.

“Con la nutrición y bioestimulación del cultivo de maní, podemos cambiar la dinámica de la planta y volverla más resistente al estrés”, resume Lucía Valero, Responsable del Departamento Técnico de Nutrición Vegetal de Timac.

En general, el cultivo de maní cada ciclo enfrenta dos grandes limitantes abióticas que pueden afectar su rendimiento potencial.

La primera son las temperaturas: este cultivo crece de manera óptima entre los 20 y los 28 °C, pero pasa al menos 22% de su ciclo por fuera de esos rangos, fundamentalmente durante las altas temperaturas del verano, momento crítico del cultivo donde define rendimiento.

Y el otro factor de estrés es el que cobra más relevancia en el contexto actual: la falta de agua. Vale recordar que el maní suele sembrarse en suelos arenosos, con bajo contenido de materia orgánica y por ende poca retención.

Eso se potencia esta temporada en que las lluvias vienen escaseando y, por ello, la clave para intentar compensar y paliar la posible pérdida de rendimientos es apuntar a un mayor crecimiento radicular desde el inicio del ciclo.

BIOESTIMULACIÓN NUTRICIONAL

“Nuestra propuesta es trabajar la bioestimulación desde el tratamiento de semillas, a través del producto Fertiactyl Leguminosas, con una dosis de 200 centímetros cúbicos cada 100 kilos de semillas”, explica Valero.

El objetivo de este bioestimulante es lograr un buen stand inicial de plantas, ganando velocidad, uniformidad y buen desarrollo radicular que asegurará mayor tolerancia a situaciones de estrés, un mayor aprovechamiento en el uso de agua y nutrientes.

Gracias al complejo GZA –Glicina betaina–, una molécula especial, que es un aminoácido anti estrés que ayuda a la osmorregulación celular, al que se suma la hormona Zeatina, junto a ácidos húmicos y fúlvicos para potenciar la rizosfera.

“El maní está clasificado como una leguminosa: al principio de su ciclo, comienza a formar nódulos que le ayudarán a fijar nitrógeno durante el ciclo. Con nuestro producto, aportamos también cobalto y molibdeno, que ayudarán a formar esos nódulos en cantidad y calidad”, añade Valero.

En tanto, Seactiv Quality es la otra recomendación de Timac: un bioestimulante foliar que se aplica de R1 en adelante.

“En el maní, la floración y posterior clavado se suele dar con altas temperaturas y falta de agua. El complejo Seactiv, también con Glicina betaina, ayudará a compensar esta situación crítica para el cultivo, aportando boro y molibdeno para lograr un cuaje óptimo y así más vainas por planta; es decir, más rendimiento”, detalla la representante de la empresa. En este caso, las dosis de referencia va de dos a cuatro litros por hectárea.

Con este tratamiento nutricional integral, Timac asegura que el productor, por cada dólar invertido, recupera entre tres y cuatro dólares, gracias al aumento en rendimiento final obtenido, además de mejorar la calidad, un aspecto muy demandado por la industria manisera, enfocada en la exportación.

NOVEDADES

Por otro lado, Valero adelanta que ya están trabajando en otro novedoso producto: Sulfammo, un granulado que se aplica en el suelo y que en los primeros ensayos en maní ya está dando buenos resultados en cuanto al retorno de la inversión en kilos por hectárea.

Este fertilizante contiene calcio, nitrógeno, azufre y magnesio, elementos que ayudan a la sanidad y calidad del cultivo. En principio, mientras siguen estudiando su potencial, trabajan con una dosis de 150 kilos por hectárea, que se aplican en el momento de inicio de clavos, complementada a la aplicación foliar de Seactiv Quality.

Precisamente, Valero remarca que una de las fortalezas de Timac Agro es la apuesta por la innovación y el desarrollo, de productos que se destacan por incorporar en su composición fracciones orgánicas; como por ejemplo, extractos de algas, calcáreos marinos, y ácidos húmicos y fúlvicos que ayudan a potenciar la salud del suelo.

“Nuestros productos son únicos: tienen formulaciones patentadas y que sobresalen por ser estables, sinérgicas, versátiles e innovadores con un alto valor agronómico”, cierra Valero.

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