A contramano de los años difíciles para la producción agropecuaria, algunos productores desarrollaron una estrategia productiva y financiera competitiva que les permitió, no sólo sostenerse, sino también crecer.
Hace 30 años que Ronaldo (Ronny) Kuhlmann es productor agrícola-ganadero del sudeste bonaerense. Y más de 20 que trabaja en el desarrollo y perfeccionamiento de la siembra directa como miembro de Aapresid, le recordó a Infocampo. En 2005, el año del ‘antes y el después’ para la producción ganadera, él volvió a su Neuquén natal para volcar los excedentes de la producción agrícola para el desarrollo de la ganadería patagónica.
Ronny reparte su tiempo entre Tres Arroyos (Buenos Aires) y la precordillera neuquina, llevando de un lado a otro sus principios para la producción agropecuaria eficiente y sustentable: rotaciones de cultivo, manejo sitio-específico, alquileres de largo plazo, inversiones, y hoy también la agricultura certificada.
Su planteo agrícola bonaerense, de 2.000 ha, tiene como pilar principal a los cultivos invernales, trigo (con 42 qq de promedio en 10 años), cebada (47 qq) y colza (15 qq), y entre los estivales a la soja, sorgo granífero y maíz. Contó que hace 12 años que comenzó con la oleaginosa en el sudeste, y que hoy este cultivo ayuda fundamentalmente a los mejores márgenes de los invernales.
Tanto es así, que clasifica a la soja como de primera sembrada en noviembre (20 qq), intermedia sembradas luego de la cebada y colza (17 qq) y de segunda luego de trigo (12 qq). Con el maíz el manejo es más particular, y lo destina a ambientes de mayor aptitud agrícola, clasificados por manejo sitio-específico. A pesar de la mayor precisión en el manejo, no logra disminuir la erraticidad climática de la región, con lo que muchas veces logra 3.000 kg/ha, y en los mejores años alcanza los 7.000.
Sin embargo, el maíz es el punto de contacto con la ganadería en el sur argentino. Del total de la superficie agrícola, el 90% se encuentra bajo campo alquilado.
Este es uno de los aspectos que el técnico pone bajo la lupa: ‘En todos los campos que alquilo, mis contratos son de largo plazo. En uno de los casos más representativos llevo 22 años de alquiler, y ese contrato está cerrado por 10 más’. Con todo respeto por el dueño de la tierra, como Kuhlmann destaca, ‘considero ese campo alquilado como si fuera propio, ya que invierto en tecnología, hago rotaciones, y, además, en un próximo paso será auditado para que tenga su sello de Agricultura Certificada’, destaca.
Bajo el sistema de alquileres que el técnico promueve hay mayor seguridad para el arrendador, el arrendatario y el contratista, a la vez que la rentabilidad no pende de los éxitos de una campaña.
Por el contrario, ‘bajo un sistema de alquileres anuales, el dueño de la tierra invierte menos, y no participa de los riesgos. Y como contrapartida, se desmejoran las condiciones físicas y químicas de los suelos’.
En la Patagonia, los riesgos son mucho mayores que en la región bonaerense. De esta manera, la acción conjunta fue decisiva.
Hace tres años comenzaron con el primer engorde a corral en Aluminé (oeste de Neuquén), que luego por aspectos climáticos lo trasladó a la zona de Las Lajas, centro-oeste de esa provincia, con un clima más seco.
La actividad está en pleno proceso de desarrollo en las provincias de Neuquén, Río Negro, Chubut y Santa Cruz. Se cree, sin embargo, que está entre las regiones extrapampeanas con buen potencial para el crecimiento de la ganadería.
Además produce animales con valor agregado, ya que son libres de aftosa sin vacunación. Y es por este motivo que la producción de terneros depende exclusivamente de la región patagónica. Hasta el momento no autoabastece su consumo, pero importa el faltante desde la región pampeana.
Pablo Losada
Nota publicada en la edición de hoy del Semanario Infocampo
