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Exportaciones a China: cada vez más concentradas en bienes primarios

El 90% de las exportaciones argentinas a ese país son bienes sin valor agregado. Otros países ricos en recursos naturales, como Australia y Canadá, lograron diferenciarse.

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Por Infocampo

En los últimos años las ventas a China -segundo mayor destino de las exportaciones argentinas, después de Brasil- han tendido a concentrarse cada vez más en productos con escaso valor agregado. Ese fenómeno, que también afecta a otros países de América latina, no se repite en naciones que, siendo igualmente ricas en recursos naturales, han sido capaces de diversificar su canasta exportadora y vender productos con algún nivel de diferenciación.

Si bien varios países de la región presentan debilidades en temas como investigación, infraestructura y desarrollo del sistema financiero, que derivan en una escasa diferenciación de sus productos exportables, en la Argentina a esas fallas se suman el aumento de los costos internos medidos en dólares y decisiones de política económica que desalientan la exportación de bienes con mayor valor agregado.

Así lo dice el director del Programa de Integración Global y Desarrollo Productivo del Cippec, Lucio Castro, quien elaboró un estudio sobre la evolución de las exportaciones a China de la Argentina y otros países con abundancia de recursos naturales. Según ese estudio, “mientras que las exportaciones argentinas de productos homogéneos [es decir, bienes primarios sin diferenciación] representaban en 1992 el 70% de las ventas a China, alcanzaron un 90% en 2009”.

Si bien el estudio señala que en Brasil, “el proceso no fue tan pronunciado”, se trata de un fenómeno que, en mayor o menor medida, ha afectado a los países sudamericanos en general. Esta “homogenización” de las exportaciones a China -principal o segundo mayor socio para casi todos los países de la región- “se aceleró a partir de 2004-2005, en paralelo al fuerte aumento de los precios de los productos primarios homogéneos”, señala el estudio.

Esta suba en los precios de las commodities representó un incentivo para todos los países ricos en recursos naturales para concentrar sus exportaciones en bienes primarios. Sin embargo, “no toda primarización es lo mismo”, explicó Castro a La Nación.

De hecho, su estudio muestra casos de otros países ricos en recursos naturales, como Nueva Zelanda, Tailandia y también Australia y Canadá -que la presidenta Cristina Kirchner comparó hace pocas semanas con la Argentina-, que “han sido capaces tanto de diversificar su canasta exportadora como de aumentar el grado de diferenciación de sus exportaciones hacia la República Popular China, aún dentro de sectores intensivos en recursos naturales”. Castro destaca que el caso de Nueva Zelanda presenta una “marcada” diferencia con los casos argentino y brasileño, “ya que ha sido capaz de aumentar sus exportaciones de PIRN [productos intensivos en recursos naturales] diferenciados desde niveles ínfimos a comienzos de los noventa, hasta alcanzar 20% del total exportado al mercado chino en 2009”. Y agrega que “los casos de Canadá y Malasia presentan incluso un mayor peso de los PIRN diferenciados en sus exportaciones a China”.

Respecto de Australia, el estudio señala que sus exportaciones “presentan un patrón mucho más diversificado que las exportaciones brasileñas, y sobre todo, argentinas”, y que en 2009 ese país vendió 180 productos diferenciados a China, mientras que la Argentina sólo logró enviar 60 bienes de ese tipo.

Para Castro, las diferencias en la oferta exportadora hacia China de los países de la región y otras naciones ricas en recursos naturales se explican, en primer lugar, por diferencias en las políticas públicas. “Mientras la inversión en Investigación y Desarrollo (I+D) de Australia y Nueva Zelanda fluctúa entre 1,25 y 2% del PBI; en ninguno de los países abundantes en recursos naturales de América latina, con la excepción de Brasil, alcanza siquiera a un punto del PBI, a pesar de importantes mejoras en la última década”.

Según publicó La Nación, los países que exportan productos diferenciados a China también presentan mejores indicadores en infraestructura e inversión en capital fijo. Además, salvo Chile y Perú, “ninguno de los países sudamericanos ricos en recursos naturales tiene acceso preferencial al mercado chino”, mientras que Nueva Zelanda tiene un tratado de libre comercio con China y Australia lo está negociando.

Otro factor determinante es el crédito al que tienen acceso las empresas. En este punto la Argentina presenta pobres resultados incluso frente a los países vecinos, ya que, según datos del Banco Mundial, el crédito interno al sector privado nacional representó en 2012 apenas el 18,4% del PBI, la relación más baja de la región.

El estudio de Castro destaca que entre 2003 y 2008, si bien en cantidades pequeñas, la Argentina logró exportar a China bienes con algún grado de diferenciación, “como frutas finas, vinos, jugos frutales y chocolates”. Sin embargo, el experto señaló que el aumento de los costos internos medidos en dólares ha frenado esas exportaciones. Lo que ocurre con el vino es una muestra. Según Juan Carlos Pina, gerente de Bodegas de Argentina, la suba de los costos de producción y el atraso cambiario provocaron que el país perdiera participación de mercado en los vinos medios (de entre US$ 20 y 35 por caja de doce botellas) en los principales destinos, como Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y también en China.

En otros productos diferenciados, como carnes y biodiésel, las políticas oficiales de cupos, retenciones o precios máximos, han desalentado o directamente frenado sus ventas al exterior.

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