En enero se exportaron solo 15 mil toneladas de res con hueso, con un repunte muy modesto con respecto a las 13 mil toneladas embarcadas en diciembre. Teniendo en cuenta estos datos, las exportaciones argentinas caerían nuevamente este año a solo 220 mil toneladas, un número sólo conocido en 2001, año de la aftosa.
Son varios los factores que provocan esta crisis: el precio del ganado es más alto que en otros países; la ociosidad es de entre el 35 y 40%; los precios internacionales de la carne cayeron entre 5% y 7%; el otorgamiento del ROE es errático. Además, se registra una fuerte caída de los subproductos, principalmente el cuero, y los costos laborales y energéticos no dejan de subir.
El faltante de novillos pesados provoca que las plantas exportadoras paguen un sobrecosto por conseguir animales cada vez más lejos de sus plantas. Además, la competencia del consumo es muy fuerte, incluídos los supermercados, que buscan un novillo entre 400 y 500 kilos (peso casi exclusivo para la exportación).
Durante los últimos dos años, gran parte de la industria financió sus pérdidas con capitales propios, a la espera de cambios. Hoy, con la perspectiva de que continuará la escasez de novillos y vacas, y sin cambios por parte del gobierno, los cierres se deciden mes a mes.
