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Hugo Biolcati: "Piensan que la única forma de recuperar el poder es vencer al que los venció"

El flamante presidente de la Sociedad Rural Argentina habló de la nueva estrategia del gobierno nacional para dilatar un conflicto que, según dice, puede volver a estallar ante los serios problemas que enfrenta el sector agropecuario.

El flamante presidente de la Sociedad Rural Argentina habló de la nueva estrategia del gobierno nacional para dilatar un conflicto que, según dice, puede volver a estallar ante los serios problemas que enfrenta el sector agropecuario.
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'Hubo un triunfo político nuestro, fueron derrotados en la calle, donde creían reinar, y en la legislatura, donde creían tener un dominio absoluto. Cambió un sistema de ejercicio del poder en la Argentina'. Así lo indicó el presidente de la Sociedad Rural Argentina, Hugo Luis Biolcati, en una entrevista exclusiva publicada hoy en El Federal.

'Deben pensar en una forma un poco infantil, si se quiere, que la única forma de recuperar ese poder es vencer al que los venció. Entonces están en ese juego casi de malevito de barrio', añadió el dirigente.

- ¿En qué punto se traban estas nuevas reuniones que tienen con el Secretario de Agricultura?

- La reunión de la semana pasada había generado cierta expectativa, porque los problemas que íbamos a plantear eran bien conocidos, sobre todo por Carlos Cheppi cuando era presidente del INTA. Si en estos 50 ó 60 días en los que no pudo tomar ninguna actitud, se lo adjudicábamos a la falta de margen de maniobra. El hecho que la Presidente delegara en Cheppi la entrevista que le habíamos pedido a ella nos hizo pensar que le estaban dando la cuota de poder necesaria. La realidad nos hizo salir muy decepcionados. Tuvimos una reunión sumamente amable, en la que única respuesta que recibimos fue: "Conocemos los problemas a fondo y estamos preocupados. Tengan confianza". Queríamos conversar entonces sobre los caminos de la solución que estaban manejando. "Ah, no, eso no es posible todavía. No hay espacio político para cambiar ideas. Ustedes han politizado mucho la cosa", nos dijeron. ¿Quiere decir que quizá tenemos que pedir disculpas para poder hablar de nuestros problemas? Nos responden que no... Entonces nosotros, muy mansamente, porque estamos acostumbrados a hacernos los imbéciles en este tipo de reuniones, buscábamos fijar fechas de reunión para trabajar. Nos decían que la semana próxima podíamos empezar a ver qué secuencia de trabajo aplicar. ¿Tengo que entender que me están diciendo que la semana que viene me van a decir que están en condiciones de empezar a reunirnos para empezar a conversar? No puedo entenderlo... Bah, sí puedo entenderlo perfectamente, pero no entiendo cómo tienen cara para decirnos algo así.

- Antes existía una dificultad para el diálogo y ahora parece haber una estrategia de estirar, entonces...

- Eso lo veía en Alberto Fernández, en De Urquiza, obligado... Discutíamos, franeleábamos, discutíamos otra vez... En Cheppi veo más buena fe, pero imposibilidad total, y una cara de piedra para decir siempre: "No puedo, entiéndame". Y se queda callado. No intenta convencernos de nada.

- ¿Qué saben de las versiones de su posible renuncia?

- Bueno, no está haciendo un papel muy lucido, espero que tenga... (pequeño silencio) No sé, no espero nada. Sinceramente espero que haya un cambio de actitud en las figuras que deciden en el Gobierno. Mientras tanto, que hayan cambiado a De Urquiza por Cheppi me da exactamente igual. Que hayan cambiado a Alberto Fernández por este muchacho Massa, también me importa un pomo, si no cambió nada.

- ¿Cómo hacen entonces para renovar el optimismo..?

- ¿Qué optimismo? (se ríe)

- Para encarar la previa a cada reunión, me refiero...

- Creemos que es nuestra responsabilidad cumplir con todos los pasos formales antes de llegar a un conflicto, saber que lo estamos haciendo con plena responsabilidad y habiendo votado todas las instancias para evitarlo.

- En ese sentido, ¿hay un esfuerzo mayor respecto a marzo a evitarlo?

- No, estamos igual. El conflicto no empezó antes porque dos entidades estábamos en pleno momento de cambio de autoridades y no hay tiempo material que nos sentemos a conversar. Pero si no hay respuestas, iniciaremos otro conflicto. Esto no quiere decir colgarnos de las casas como comandos. El conflicto es un conflicto, con los grados que le querramos dar, la imaginación que pongamos.

- ¿Cuáles son las lecciones que se podrían sacar de los ya históricos 120 días?

- Positivas, que es imprescindible la unidad y actuar con firmeza. Que no hay tiempo para que uno se distraiga, porque lo forrean. Esas son las experiencias.

- ¿Y en cuanto a los métodos que más molestos podían resultar para la gente en general?

- En eso fuimos bastante prudentes. Se magnificó mucho el tema del desabastecimiento y los cortes de ruta. Cortes hubo, temporarios, no totales. Hubo momentos difíciles de mucha irritabilidad, pero en zonas aisladas, no fue la tónica. Tampoco la de estrangular al país hasta desabastecerlo, de ninguna manera. Cuando los camioneros hicieron eso montados sobre nuestro movimiento levantamos el paro para evitar el desabastecimiento de la población. Nosotros actuamos así y nos salió muy bien. Además hay que cuidarse de hacer un paro que perjudique a los mismos productores. Si en este momento hay una sequía que impide a la gente mantener sus animales en el campo, decirles que no manden es una barbaridad. Esas son experiencias, aunque a veces hay que resignarse y hay que hacer un sacrificio todos juntos por un bien mayor.

- ¿Esperan un apoyo similar de la gente de las ciudades?

- No necesariamente, no hay que endiosar ese tipo de apoyo, porque a veces no se logra. Depende del espíritu de la población en ese momento. Hay una sensación en el país de que el conflicto terminó y el campo ya ganó: "¿Y ahora qué quieren?". Eso existe, pero habrá que enfrentarlo, esperando una reacción menos favorable en muchas partes. Cuando empezamos el 11 de marzo no esperábamos el apoyo de la ciudad de Buenos Aires que tuvimos después. Si tenemos que actuar, tenemos que actuar, y la gente lo irá entendiendo.

- ¿Hay una idea de "profesionalizarlo" todavía más, en cuanto a la comunicación?

- De ahí la prudencia con la que comunicamos. Si estuviésemos siguiendo los dictados de nuestra gente, estaríamos en la calle hace 15 ó 20 días. No se trata de frenar a los autoconvocados, sino de ordenarlos, coordinarlos con el timing oportuno. Estamos justamente en esa política de esclarecimiento, de no mostrar impaciencia. Fuimos un canal de catalización de la frustración de mucha gente que ni sabía qué eran las retenciones, de eso no hay duda. En alguna medida seguimos siendo una imagen de dignidad, de respeto por las instituciones, que es lo que hay que mantener. Nosotros no usamos como eslogan o cliché la defensa del federalismo. Para nosotros es tan fundamental como la división de poderes. Nada de lo que estamos pidiendo funcionaría sin las instituciones de la República. ¿Por dónde empezamos ahora? Por atender qué está sucediendo con la Ley de Presupuesto, hablar con los legisladores, pedir que se vote una ley que limite o elimine los superpoderes del jefe de gabinete.

- Pero además, en el medio, dicen que la situación en general del campo empeoró a pesar de que se derogó la resolución 125...

- El campo es un desastre. Tiene los mismos problemas sin que se hayan estudiado soluciones respecto de lo que se pedía el 11 de marzo, sobre todo en la ganadería de cría, en la lechería, en las economías regionales, de distancia a los puertos, de pequeños y medianos productores. Todo lo mismo, pero muy agravado. Hubo una inflación bruta que afectó notablemente a nuestros insumos. Mientras tanto, los precios internacionales se cayeron y en el medio hubo una sequía que afectó seriamente la productividad y entonces no da para más. Ante todos los problemas, el único recurso sigue siendo la soja. Bajó un 20 por ciento la siembra de trigo, todo eso fue a soja, que va a aumentar mucho más de lo que estaba avanzando. Es todo lo contrario a lo que querían hacer. Yo no sé si son ineptos, si ideológicamente quieren destruir la producción agropecuaria o si están esperando que vayamos de rodilla a pedir ayuda. Francamente no lo sé. Pero que lo están haciendo todo al revés, no quedan dudas. Por eso la situación es mucho peor que el 11 de marzo, hay mucha más rabia en la gente.

- ¿Cuánto creen estar relegados ahora por el Gobierno por otros temas candentes, como pudo haber sido Aerolíneas, ahora la crisis financiera en Estados Unidos o hasta el tema de Antonini Wilson?

- Simplemente ya no nos dedican la lista habitual de insultos que nos dedicaban en los discursos. Ahora se los llevan otros.

- ¿Nota de todos modos las secuelas que le dejó al Gobierno el que podríamos llamar primer conflicto?

- Hubo un triunfo político nuestro, fueron derrotados en la calle, donde creían reinar, y en la legislatura, donde creían tener un dominio absoluto. Cambió un sistema de ejercicio del poder en la Argentina: la gente reacciona distinto, se anima a decir, hacer y votar cosas que antes no se animaban. Deben pensar en una forma un poco infantil, si se quiere, que la única forma de recuperar ese poder es vencer al que los venció. Entonces están en ese juego casi de malevito de barrio. Aplastarnos no pueden, porque vieron que la sociedad reaccionaba a favor nuestro. Ahora cambiaron de táctica, enfrentarnos cara a cara les salió mal, entonces ahora nos ningunean para desgastarnos y que la sociedad se olvide. No nos dicen nada: "Este es el modelo, si lo quieren cambiar, ganen las elecciones". No tienen ningún tipo de lógica la cosa.

- Bueno, ¿pero crece de algún modo la alternativa de ..?

- (interrumpe) ¿De ganar las elecciones? Viene bastante mejor que antes (risas). A este paso se está destruyendo la imagen de los presidentes. No sé qué va a pasar, pero un año para 2009 es mucho tiempo.

- ¿Entonces se están moviendo en ese sentido?

- Nosotros no hacemos política partidaria. Nos interesa participar, se ha despertado ese sentido en nuestra gente. Lo que no fomentamos es la creación de un partido, no nos interesa para nada y no creemos que convenga. Si decir que queremos suprimir los superpoderes es hacer política, si queremos justicia en la coparticipación, si queremos que el presupuesto se haga racionalmente y sea intangible después de que salga del Congreso, hacemos política, ¿y qué? ¿Qué tiene de malo? Y lo vamos a seguir haciendo.

(entrevista publicada en la edición de hoy de El Federal)

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