Fotos. Juan Carlos Casas
En el contexto de la jornada anual de Argentrigo, el especialista en relaciones internacionales Gustavo Idígoras disertó sobre el “Escenario Agroalimentario Internacional y Mercosur”.
Idígoras destacó que “solo 11 de los 190 países son superavitarios en materia alimenticia, y entre ellos se cuenta la Argentina. Ante esta situación el resto de los 179 países han buscado diferentes formas de asegurar una Seguridad Alimentaria como políticas de Estado, a través de acuerdos internacionales y bilaterales, pero mientras en el mundo se han firmado más de 410 acuerdos comerciales en los últimos años, la Argentina tiene solo cuatro”.
En ese sentido, el especialista resaltó tres variables globales que hacen pensar en el mundo que viene para la agroindustria.
* – Por un lado están los biocombustibles, que “al principio solo fue algo novedoso y alternativo, pero que ahora se ha convertido en una política de los países hacia una frente sustentable que ya consume el 18% de los aceites vegetales del mundo”, analizó Idígoras y agregó que “en 2007 la Argentina no tenía una sola planta de biocombustibles y en el 2009 fuimos el primer exportador mundial de biodiesel”.
* – Otro aspecto que resaltó fue: “Los países emergentes que han triplicado los valores normales de la tasa de crecimiento de PBI, han arrojado al mundo dos situaciones a destacar. Por un lado el aumento significativo de la demanda de alimentos, y por otro lado, un cambio en las dietas en la sociedad”.
* – El último dato a tener en cuenta, pero no menos importante, es la eliminación de los Stocks Públicos. “Los Gobiernos, sobre todo los de los países ricos, generaban incentivos falsos comprando cereales a los productores, para llegado un momento de escasez mundial volcarlo en el mercado. De esta manera se perdían mercados con buenos precios”, subrayó el especialista que además recordó a título de ejemplo cuando Canadá vendía la tonelada de trigo a 70 dólares, generando que los precios internacionales se ajusten rápidamente a la baja.
Establecido el contexto mundial, Idígoras dio lugar en su disertación a la importancia que los acuerdos internacionales tienen en el mundo, y una pregunta quedó flotando en el aire: ¿Le sirve de algo a la Argentina ser parte del Mercosur?
“Se calcula que para el 2030 el Mercosur dominará el 53% del mercado de oleaginosas, el 41% de los cereales, el 43% de la carne y el 47% de los lácteos; pero sin embargo, la integración económica entre los países parece destruida y los acuerdos que sí se firman, son puramente políticos”, resaltó Idígoras, al tiempo que señaló que Chile firmó más de 26 acuerdos internacionales y la Argentina solo tiene cuatro.
“La Argentina trabaja internacionalmente como bloque, es decir, como Mercosur. Eso termina siendo una propia restricción para nuestro intereses, porque no podemos negociar libremente. Pero además, el Mercosur se ha dedicado durante años a hacer acuerdos exclusivamente con América Latina, y esto no beneficia al sector agroindustrial”, explicó Idígoras.
Y concluyó: “el Mercosur está en un proceso de desintegración económica y de integración política. Lo único quedó vigente es el arancel externo común, que en la práctica tiene múltiples perforaciones”, y afirmó que en los próximos tres meses el desafío que tiene la Argentina como país es: “generar acuerdos bilaterales sanitarios como con China; replantear el Mercosur con un nuevo empuje a la integración económica, y propiciar la integración del Mercosur al mundo”.
Por Facundo Mesquida / @JFMesquida

