‘El mundo está viviendo la primera etapa de la revolución de los alimentos del siglo veintiuno; un cambio estructural profundo que ofrece a la Argentina una oportunidad sin precedentes’. Así lo indicó el economista Juan Llach al presentar esta semana el trabajo ‘El Auge de la Demanda Mundial de Alimentos 2005-2020’, realizado a pedido de la Fundación Producir Conservando.
Llach, durante una conferencia de prensa ofrecida el jueves pasado en la ciudad de Buenos Aires, aseguró que el motor del cambio será ‘sustentado por el crecimiento generalizado de los países emergentes y en desarrollo, que en los últimos años contribuyeron con más de la mitad del aumento del PIB mundial en dólares a precios de mercado’.
Las proyecciones indican que aproximadamente 4100 millones de personas en África, América Latina y Asia ‘cerca de dos tercios de la población mundial’ están aumentando rápidamente sus ingresos desde niveles muy bajos; y esto producirá consecuencias sin precedentes sobre la demanda de alimentos.
‘El gran desafío que tiene la Argentina por delante es encontrar una economía política que no reprima el desarrollo de su sector más eficiente, el agroalimentario, pero dando cabida al mismo tiempo al desarrollo de la industria y de los servicios’, planteó Llach.
El economista dijo que existen varios factores que llevan a pensar que lo más probable es que estemos en presencia de una onda larga de dicho crecimiento: la enorme disponibilidad de mano de obra; los dinamismos del consumo; el cambio tecnológico; la mejora de los términos del intercambio; y la existencia de políticas económicas mucho más sensatas que en el pasado. Todas ellas configuran ‘según Llach’ un ‘cambio de alcance civilizatorio’.
Llach concluyó que la probabilidad de estar en presencia de un cambio estructural en la demanda de alimentos es mayor que la de estar ante un shock transitorio y que, por ello, lo más probable es que el promedio de los precios de los commodities para los próximos 15 años sea mucho más parecido al promedio de lo que va del siglo veintiuno que al observado en el último cuarto del siglo veinte.
'El mundo está viviendo la primera etapa de la revolución de los alimentos del siglo veintiuno; un cambio estructural profundo que ofrece a
Llach, durante una conferencia de prensa ofrecida el jueves pasado en la ciudad de Buenos Aires, aseguró que el motor del cambio será 'sustentado por el crecimiento generalizado de los países emergentes y en desarrollo, que en los últimos años contribuyeron con más de la mitad del aumento del PIB mundial en dólares a precios de mercado'.
Las proyecciones indican que aproximadamente 4100 millones de personas en África, América Latina y Asia 'cerca de dos tercios de la población mundial' están aumentando rápidamente sus ingresos desde niveles muy bajos; y esto producirá consecuencias sin precedentes sobre la demanda de alimentos.
'El gran desafío que tiene
El economista dijo que existen varios factores que llevan a pensar que lo más probable es que estemos en presencia de una onda larga de dicho crecimiento: la enorme disponibilidad de mano de obra; los dinamismos del consumo; el cambio tecnológico; la mejora de los términos del intercambio; y la existencia de políticas económicas mucho más sensatas que en el pasado. Todas ellas configuran 'según Llach' un 'cambio de alcance civilizatorio'.
Llach concluyó que la probabilidad de estar en presencia de un cambio estructural en la demanda de alimentos es mayor que la de estar ante un shock transitorio y que, por ello, lo más probable es que el promedio de los precios de los commodities para los próximos 15 años sea mucho más parecido al promedio de lo que va del siglo veintiuno que al observado en el último cuarto del siglo veinte.

