Infocampo visitó una trilla en la localidad bonaerense de Baradero. Uno de los lotes que la firma MSU posee distribuidos en el nordeste de esa provincia.
Con la cosecha avanzada en la región en un 30%, los monitores de rendimiento entregaron resultados promedio de 4.600 kg/ha, y registraron picos de hasta 5.400.Según Juan Cruz Provvidente, técnico y responsable de la compañía para esta región, una vez cosechada la soja de segunda, los rendimientos promedio cerrarán en los 39 qq/ha.
‘Esta es una gran campaña para la región; aunque la última no fue mala, esta es superior’, manifestó.
Los primeros lotes cosechados en Baradero son los sembrados en un momento óptimo, durante la primera década de noviembre. Con sietes cosechadoras distribuidas en 1.000 ha, y mientras las condiciones climáticas lo permitan, el técnico sostuvo que van apurando al cultivo ya que la humedad todavía está medio punto por encima del recibo (14%).
En esta zona la principal problemática para la soja estuvo dada por los excesos de agua en los campos. En el nordeste bonaerense el relieve es un gran tendido que limita la salida del agua, lo cual fue una ventaja en la campaña 2008/09, cuando las lluvias fueron deficitarias, pero en 2009/10 por causa de los excesos, las siembras de segunda fecha llegaron hasta mediados de enero. Estas mismas lluvias sucesivas, que generaron los encharcamientos, serán las responsables de mermas de rendimiento estimadas en 20%, según Provvidente.
En este sentido, los materiales más estresados requirieron una aplicación más de herbicidas ya que la competencia con la maleza por ganar el entresurco fue alta. En lotes puntuales, la presión de gramíneas de verano también es un factor para que la trilla avance más lento, ya que ingresa más material a la máquina y dificulta el proceso de separación.
Como contrapartida, la presión de plagas y enfermedades fue menor respecto de la campaña anterior. También el monitoreo a tiempo produjo que la aplicación de fungicidas en R4, y tres aplicaciones de insecticidas (isoca bolillera, isoca militar y chinche) controlasen efectivamente las adversidades. Tal como detallara Héctor Baigorrí, consultor referente en materia de soja, y publicado por Infocampo, la zona núcleo está bien dividida en tres grandes subzonas en función de las condiciones climáticas de la campaña.
El centro de la región superó ampliamente los rendimientos respecto de las zonas que la rodean. Hacia el este, las lluvias produjeron anegamientos temporarios, que obligó a resembrar, retrasó las siembras para enero, y en los casos muy avanzados, significó la pérdida de muchos lotes.
Mientras que al oeste, la falta de agua al inicio de la campaña fue la característica principal. En la localidad de Venado Tuerto, sur de Santa Fe y centro de la región pampeana, los rendimientos de la soja de primera superaron las campañas promedio, aunque la expectativa, reconoce Luis Negruchi, asesor técnico de la zona, era mucho mayor. En esta zona, la cosechadoras ya hicieron todo su trabajo y sólo lotes puntuales restan por cosechar. Los rendimientos promedio llegaron a los 40 qq, y lo que más perjudicó al cultivo fueron las enfermedades fúngicas foliares, con preponderancia de la mancha en ojo de rana. En coincidencia, Martín Ambrogio, vicepresidente de Aapresid y productor del sudeste santafesino y del centro de Córdoba (en la localidad de San Basilio), contó que los productores líderes de la región alcanzaron los rendimientos máximos de 50 qq.
Esto significa lotes con buena rotación, y en este año en especial, con buen control de enfermedades de fin de ciclo. Destacó como muy importante este último aspecto, ya que las pérdidas de potencial por no controlar a tiempo llegan a los 1.500 kg/ha. ‘En lotes particulares sembrados en el campo de Cafferata (sur de Santa Fe), los monitores de rendimiento marcaron hasta 6.000 kg/ha’. A su vez agregó que los potenciales se alcanzaron con los ciclos más largos para la región (grupos de madurez 3.7 a 3.8), ya que tuvieron un período crítico más extendido en el momento de buenas lluvias.
Desde el sudeste cordobés, Germán Fogante opinó sobre la importancia de la elección varietal en esta campaña. Este fue el aspecto clave en la determinación que hicieron los productores de las variedades susceptibles y aquellas que no lo son. Los cultivares susceptibles no tratados adecuadamente, se derrumbaron en rendimientos.
Las malas de la campaña
Tres fueron las causas que más perjudicaron a la oleaginosa esta campaña según la región: la lluvia, la isoca bolillera y MOR. Las lluvias estuvieron por exceso y por defecto. Por exceso hacia el este de la región pampeana, y hacia el oeste por defecto. Según Antonio Igarzábal, recocido entomólogo, en 2008/09 el problema de la bolillera estuvo, pero no lo vieron, y este año se potenció. Rápidamente comentó que hasta diciembre ya se había vendido lo mismo en insecticidas que lo que se había aplicado en toda la campaña pasada.
Según Marcelo Carmona, profesor titular de Fitopatología (Fauba), hay tres factores clave esta campaña. En años Niño, las EFC están, ya que requieren de las lluvias inexorablemente, y por ello el uso de fungicidas es necesario, ya que hay respuesta. En esta campaña fue tal la incidencia, que el uso de fungicidas estaba en el orden del 35% y este año supera al 60%. Entonces, según Carmona, este año es de altos rindes, y no para contentarse con 3.500 kg de soja.
Pablo Losada
Nota publicada en la Edición de hoy del Semanario Infocampo

