En el caso de los cabañeros, vieron incrementar sus gastos en forma proporcional a sus ingresos, con una marcada disminución de precios a la hora de las ventas y valores similares a 2008, con el atenuante de poder comercializar genética en destinos de América latina.
El impacto fue inevitable, y se vieron obligados a seleccionar pautas de manejo esenciales, que les permitiera sostener el negocio sin aumentar los gastos.
Pero con el incremento de precios que la ganadería vive desde diciembre de 2009, la situación cambió en forma radical. Y si bien la recomposición del stock bovino será paulatina, aquellos cabañeros que conservaron animales están frente a una oportunidad inmejorable de incrementar su rentabilidad.
En esta línea, el Ing. Gonzalo Vidal, coordinador del Foro Nacional de Genética Bovina, explicó que la genética argentina está preparada para abastecer tanto la demanda del mercado interno como externo.
El profesional destacó la mayor apertura de cabañas, y el incremento de inscripciones en la Sociedad Rural, además de percibir un mayor uso de genética por parte de criadores. ‘Con precios más favorables, los productores apuestan al pedigrí para ganar kilos”, señaló.
El Dr. Alfredo Martínez, presidente del Laboratorio Azul, anticipó que en materia de genética, en las cabañas se producirá un importante salto tecnológico, de la mano de la inseminación artificial, y su mejor exponente, el tiempo fijo.
Con una cantidad menor de cabezas, estimó que los planteos productivos serán más eficientes en genética, alimentación y sanidad, con el aumento en la capacidad de oferta como principal guía. ‘Se cuidarán mucho más aspectos de manejo y se acentuará el uso de tecnología para incrementar la rentabilidad’, afirmó.
En relación al año anterior, Martínez señaló que en la zona de la Pampa Húmeda se percibe un mayor volumen de trabajo.”En laboratorios de NOA y NEA se ve una explosión de trabajo, más intensa que en nuestra región’, destacó.
En este escenario, desde las entidades que representan a las principales razas bovinas, el pronóstico -en un escenario de cautela- es alentador.
Juan Pablo Hornos, director ejecutivo de Angus, avizora un horizonte de mejores precios y un cierto nivel de recomposición en los campos. “Esa será la tendencia, con una situación de capitalización paulatina”, destacó.
En relación a la inscripción de cabañas, Hornos puso como ejemplo para graficar la tendencia actual la situación en Tandil.
En esa localidad, en el último año se duplicó la cantidad de animales inscriptos, y se incrementó en casi un 40% la cantidad de cabañas Angus.
El director estimó que se perfilan rasgos muy definidos para la actividad en 2010: tendencia creciente del valor de novillos, una demanda de vientres real, necesidad de marcar una genética determinada y mantenerla, y un consumo interno que no disminuye.
Juan Bullo, director ejecutivo de Hereford, tras un 2009 signado por una baja en la oferta, apuesta por una ganadería que definió “de precisión”, y que combina cruzamientos, marcadores genéticos y suplementación, en pos de apuntalar los índices productivos.
“En base a la menor oferta, estimamos que en los próximos remates se verán buenos precios”, señaló.
En el NOA y NEA argentinos, y de la mano de un desplazamiento de la ganadería hacia zonas más marginales, las dos razas que pisan fuertes son Braford y Brangus.
Con el antecedente de buenos precios en la pasada edición de Palermo, y un buen ritmo de inscripción de cabañas en los últimos tres años, Juan Baqué, director ejecutivo de Braford, explicó que pese al escenario complicado, registraron muy buenas tasas de crecimiento. “Los aumentos de precios que se ven en la cría e invernada lentamente se trasladan al mercado de los reproductores, y aspiramos que ese aumento de más del 100% que se ve en la invernada se traslada a nuestro sector”, sostuvo.
En relación al comercio exterior, Baqué destacó que han minimizado las importaciones desde Australia, y en la actualidad exportan genética a destinos como Colombia, Ecuador, Venezuela, Panamá, Brasil y Paraguay.
El vicepresidente de Brangus, Martín García Fernández, es categórico: “En el norte argentino se está produciendo una revolución tecnológica, que puede afianzarse si los precios continúan con esta perspectiva”. Además de su rusticidad, factor clave en la adaptación en zonas ganaderas más difíciles, el comercio exterior es otro punto fuerte de la raza. En este punto, García Fernández explicó que “el rasgo distintivo es que tenemos un tipo de selección ganadera diferente a los grandes jugadores en el mundo, como EE.UU., Europa, Australia y Nueva Zelanda”. En la actualidad, sus principales destinos son Brasil y Paraguay.
La voz de los protagonistas
Leandro Grasso es un cabañero tandilense, que en su establecimiento “El Ceibo” cuenta con un rodeo Hereford, Angus y Braford, con una producción anual de 250 reproductores. Al momento de visualizar el panorama para los próximos remates de cabañas, explicó que los precios obtenidos por los terneros en los últimos remates, además del clima y la recomposición del estado de los vientres, es un buen punto de partida para proyectar negocios rentables. Desde Salta, Ignacio Lupión, asesor técnico de la Cabaña Braford “Los Reales”, señaló que las expectativas para este año son continuar con el crecimiento cualitativo de la raza. Pese al escenario de precios más bajos en 2009, los salteños duplicaron la venta de reproductores. “Este año se adelantaron dos meses las consultas por toros”, señaló el asesor.
Andrés Lobato
(Nota publicada en la Edición de Hoy del Semanario Infocampo)