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Maíz: claves para aprovechar la napa en la tercera Niña consecutiva

El productor Claudio Razquin, de la Chacra Justiniano Posse, pasó por la Agenda Aapresid y relató su experiencia en relación a la mejor estrategia de manejo del cereal, según el agua que aporten las lluvias y la napa.

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Por Infocampo

Si uno piensa en el sudeste sordobés, una postal recordada es la de las napas en ascenso y las inundaciones en las campañas 2013/14.

Hoy el panorama es completamente disímil: se está transitando lo que posiblemente sea un tercer año Niña y en la Chacra Justiniano Posse continúan trabajando en uno de los objetivos principales que es maximizar la eficiencia en el uso del agua.

La intensificación de la rotación en esos ambientes de alto potencial, generó un gran cambio en el manejo del sistema. Actualmente las napas generan un aporte hídrico importante y son utilizadas estratégicamente a través de cultivos de renta en una rotación trigo/soja, maíz y soja de primera.

PRIMER PASO: MANEJO DEL RASTROJO

Aumentar la participación de gramíneas en la rotación genera aumentos considerables en el volumen de rastrojo y surgen algunos inconvenientes.

Por ejemplo, el mayor impacto de las heladas en cultivo de trigo, y en el maíz, la inmovilización de nutrientes debido a ese alto aporte de carbono al sistema. Con respecto al último punto, lograron manejarlo a través de la incorporación de fertilizantes colocados por debajo del rastrojo.

“Estamos trabajando también en cómo mejorar la calidad de siembra en esos lotes con altos volúmenes de rastrojo, implementando barre rastrojos  y probando cuchillas para maximizar la calidad de la siembra. En algunos lotes https://www.austinclinic.com.au/ puntuales se está probando con enfardar el excedente de rastrojo”, explicó Claudio Razquin, que participó de la Agenda Aapresid.

FECHA DE SIEMBRA: ¿TEMPRANA O TARDÍA?

Aguardando por lo que se espera sea un año Niña o Neutro, se empieza a definir si la estrategia de manejo será defensiva u ofensiva,  en fechas de siembra tempranas o tardías, y otras cuestiones de manejo como nutrición y elección del híbrido.

La presencia o no de napa pone el techo a los rendimientos potenciales, al definir la disponibilidad hídrica durante el ciclo de los cultivos.

En lotes con presencia de napa, está se ubica entre 1,4 y 1,6 metros de profundidad. El maíz temprano es exitoso porque explora un ambiente de potencial de rendimiento mayor.

“Para fechas de siembra tempranas (que pueden ir hasta el 15 de octubre),  tenemos registrados rendimientos récord de 160 quintales con producciones medias de alrededor de 140 quintales para el maíz temprano y de 110 quintales para el tardío”, comentó Razquin.

LA INFLUENCIA DE LA NAPA

Los lotes con influencia de napa permiten independizarse de alguna forma de los pronósticos, con rendimientos en año Niña muy parecidos a los de años Niño.

En los ambientes sin napa el panorama es diferente: los rindes pueden bajar un poco en años Niño, pero caen acentuadamente en años Niña, con mermas de 40 o 50 quintales. En estos escenarios los planteos son más defensivos, y el maíz tardío tiene más relevancia.

Al atrasar la fecha de siembra se ubica el período crítico en un momento de menor demanda evapotranspirativa del ambiente y  se generan balances hídricos positivos. De esta manera se logran levantar los pisos de rendimiento y estabilizarlos interanualmente.

GENÉTICA Y DENSIDAD

Además de la fecha de siembra temprana o tardía, hay otros factores que terminan de definir la estrategia de manejo más adecuada según cada situación. Los altos rendimientos se logran implementando un manejo que optimice la genética, adecuando la densidad de plantas, que en el caso de los lotes con napa de la Chacra, se ajusta a 85-90 mil plantas por hectárea.

En escenarios de mayor disponibilidad hídrica los manejos se vuelven más ofensivos. Pero acá debe tenerse en cuenta que subiendo la densidad aumenta la demanda de nitrógeno , por lo que hay que acompañar el planteo con un manejo nutricional estratégico.

En estos esquemas se apuesta a híbridos de menor porte, con una inserción foliar erecta en los estratos superiores del canopeo, lo que mejora la distribución de luz. También se emplean aquellos con espigas de tipo flex que puedan tener la posibilidad de fijar un alto número de granos en la espiga principal.

En los ambientes más vulnerables, primero hay que definir las expectativas de rendimiento y en base a eso terminar ajustando la densidad y la genética que se adapten a esas expectativas, sin duda menores en años Niña.

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