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Maquinaria agrícola: “Nuestra problemática más urgente no es el dólar, sino la carencia de lluvias”

Entrevista al nuevo presidente de la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola, Enrique Bertini. Por qué la sequía impacta más que la crisis cambiaria, la importancia de una Ley de Maquinaria y sus críticas a reducir las jornadas laborales.

Ezequiel Morales
Por Ezequiel
Morales

En septiembre pasado, la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (CAFMA) tuvo un cambio de autoridades: Enrique Bertini (hijo), empresario rosarino y descendiente de un dirigente homónimo y de peso en el sector, asumió luego de los mandatos de Néstor Cestari y Eduardo Borri.

La semana pasada en su misma ciudad se dio a conocer un hecho que inquieta a la cadena industrial. El gigante General Motors, cuya planta está en General Lagos, en las afueras de Rosario, comunicó el freno productivo a raíz de los problemas para llevar adelante las importaciones para la producción, con el consecuente coletazo que eso significa en la generación y la calidad del empleo.

Ante esa situación, Infocampo buscó la palabra de Bertini para dialogar acerca del momento de las firmas de maquinaria agrícola. Generalmente se trata de empresas de escalas dentro del mundo de lo “pyme”, pero que mantienen el pulso de la actividad vinculada al agro en buena parte de la zona núcleo del país.

EL PRESENTE DE LA MAQUINARIA AGRÍCOLA

Bertini le puso cifras al sector: la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (CAFMA) representa a más de 160 empresas asociadas que junto a un total de 1.200 empresas proveedoras hoy en día les brindan ingresos a más de 40.000 personas.

El número se sostiene gracias al salto que la actividad dio luego de la pandemia. Mientras que en 2020 se contabilizaban cerca de 26.000 puestos de trabajo, en los últimos años los números permitieron hacer crecer el plantel dentro de las empresas y nuevas ventanas comerciales.

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¿Qué hay detrás de esa estructura? La fabricación se sostiene por una estructura que hoy están en el orden del 50% de importación y 50% de componentes nacionales.

Pero afirman que el salto en los puestos de trabajo que apalanca la maquinaria agrícola se dio por un incremento de hasta el 60% en la participación de lo nacional, algo que hoy perdió pisada y que se busca volver a retomar con el impulso de una Ley que beneficie al sector.

“Fijate lo dinámica que es la pyme argentina que permite generar empleo digno y genuino, que no viene al bolsillo mío, al del empresario. Va al bolsillo de la gente y va a la sociedad, y eso hace que podamos caminar más tranquilos por la calle y no nos roben a cada rato. Hay que discutir qué país queremos, que los pibes no sean delivery de drogas o que los que tienen estudios se vayan a Europa”, resumió.

MANO A MANO CON ENRIQUE BERTINI

-¿Es el dólar, con su precio y el acceso a la divisa, el problema más importante en el sector o hay otras causas más urgentes?
Nuestra problemática más urgente es está vinculada con la carencia de lluvias, fundamentalmente. Eso impacta negativamente en la comercialización y de ahí toda la cadena de valor se resiente, así que estamos de alguna manera con las ventas casi nulas. Y también lo llamativo es que tampoco se consiguen ventas de repuestos como era habitualmente para la época que estamos transitando.

-¿Y a la hora de la importación?
-El tema es que la gente está reparando lo justo y necesario, así que el panorama es ese para toda la cadena de valor. Y el tema de la importación es que conseguir divisas para importar, como se vende poco y nada, tampoco se vuelve necesario importar en la magnitud que se hacía habitualmente.

-Un premio consuelo.
-Es que probablemente haya dificultad, pero no lo sentimos tanto porque bueno, justamente no hay demanda. Yo no discuto a lo importado, hay una convivencia con eso como se hace en todos lados.

-¿Cómo se da esa dinámica?
-Es sano tener al importador porque también es sano el desarrollo nacional. ¿Qué pasaría si por ejemplo Pauny, que fabrica tractores, dejara de fabricar si mañana le cae un meteorito y explota? Seguramente las tres importadoras que manejan el mercado en un porcentaje elevado podrían elevar si quisieran el valor del tractor. Es decir que la industria nacional es también una moduladora de los precios internos de lo importado.

-¿El sector se preparó este año en función de lluvias planificadas, hubieron inversiones y toma de deuda en base a estos cálculos?
-Entre los empresarios hay de todo. La cadena metalmecánica agrícola está conformada principalmente por empresas pymes que tienen características distintas a una empresa multinacional: los empleados generalmente se conocen, son medio parientes, amigos. Y todas en lo financiero y económico tenemos un parecido en que no podemos hacer a largo plazo una planificación porque los recursos que utilizamos para nuestro crecimiento son los generados durante la época de ventas. Igual lo mismo pasaría con la coyuntura política de este cambio de Gobierno que se avecina o la continuidad o no de lo que está.

-¿Esto último qué genera?
-Estas elecciones también paralizan un poco al comprador y el dólar subió un poco más en el mercado paralelo. Todo eso también condiciona un poco, pero desde CAFMA lo que señalamos es que el mayor problema es la falta de lluvias. Nunca vi una seca igual. Pero es verdad que sí pueden haber algunas empresas que hayan tomado deuda para afrontar aguinaldos y vacaciones.

-¿En materia de resultados, por qué es importante esa integración puertas adentro de las compañías?
-Creo que el crecimiento también se puede transformar en una búsqueda de recursos para sostener al personal, y eso también es una característica de las pymes porque mucho de la empatía que se logra con la persona es fundamental para mantener el buen funcionamiento de la planta. Obviamente para una empresa pequeña tener una máquina costosa y que haya que utilizarla requiere de alguien que esté a gusto en su lugar. Por eso creo que si hubo firmas que tomaron deuda fue para completar algún proceso ya planificado, pero no para empezar uno nuevo.

JORNADA LABORAL: EN CONTRA DE UN PROYECTO

El mes pasado la ministra de Trabajo de la Nación, Raquel “Kelly” Olmos, afirmó que “un mecanismo de reducción de las horas trabajadas máximas semanales, sin reducción salarial, impulsaría una redistribución mucho más adecuada de la productividad alcanzada en el conjunto económico nacional”.

La ministra lo dijo en un encuentro con abogados laboralistas, la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA) y empresarios de la Unión Industrial Argentina (UIA).

Bertini también opinó sobre este punto. Pero desde una mirada contraria a la de la funcionaria.

“Sería una locura y encarecería los costos”, afirmó.

-¿Lo ven como algo aplicable o inaplicable para el sector?
-Desde el punto de vista de la lógica, bajar la jornada laboral incrementaría los costos, pero tampoco conozco cuál es el verdadero efecto que se busca con esto. Pero bueno, nosotros no, no lo hemos tratado todavía. En esta época aparecen un montón de proyectos que o se renuevan o se fortalecen, y quizás hay proyectos que estaban guardados y se fortalecen rápidamente. Bueno, está muy claro, digamos que la época del año requiere un poco de esta dinámica política.

-¿Qué creés que modificaría puertas adentro de una fábrica una legislación de este tipo?
-Sería una locura que a un colaborador mío de toda la vida le saque dos horas para dárselos a otro, porque si le reduzco la hora tengo que pagarle lo mismo. ¿De qué manera se hace eso? Si yo soy trabajador y me pedís que te deje dos horas más, querría que me dejen trabajar más horas. Enrique Bertini opina que esa situación, que no es favorable para el trabajador, no se debería llevar adelante y si hacemos un cambio debería ser el que sea más favorable para el empleado.

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-¿Cuál sería el camino apropiado para generar más puestos de trabajo?
-Si vamos a discutir si queremos más puestos de trabajo en la República Argentina discutamos lo que venimos proponiendo desde CAFMA. Discutamos qué país queremos. ¿Queremos un país industrial? Bueno, identifiquemos a los productos nacionales como productos que llevan valor agregado en su proceso productivo, y eso son horas de trabajo que la gente de bien las realiza y se lleva su dinero a su casa, con un trabajo digno y un sistema que genere arraigo. Porque si tengo un hijo profesional que tiene la capacidad de trabajar y también la posibilidad de viajar al Exterior le tengo que asegurar internamente en mi país un puesto de trabajo que tenga que ver con eso.

-¿Y por qué no ‘caminó’ hasta ahora la Ley en el Congreso?
-No lo se. Hace 10 años se propuso declarar a la industria metalmecánica como estratégica, y tampoco caminó. Tal vez estemos haciendo mal las cosas desde la Cámara, y no comunicando bien. Tal vez sea también un poco de esa clasificación de las cosas que se hacen en el Congreso, con legisladores que tal vez no estén muy familiarizados con el sector. Pero nosotros vamos a seguir trabajando en pos de que como mínimo un 60% ese valor agregado sea la posibilidad que un argentino tenga en su casa la comida ganada dignamente.