Una nueva estrella aparece en la constelación de la acción colectiva rural. El martes 23, unos 250 productores se dieron cita en Monte Maíz (Córdoba), para realizar la primera asamblea general de los denominados “autoconvocados” del campo, una suerte movimiento rural organizado en torno a la no pertenencia a ninguna de las cuatro entidades.
Justamente,
Pero si bien “hay bronca” tampoco va a haber ruptura.
La pregunta es si este grupo de productores más radicalizado tal vez que sus pares agremiados en las entidades es útil o, por el contrario, una amenaza. Podrían ser útiles porque son la excusa perfecta de los dirigentes de
Pero son una amenaza porque si las entidades son la representación del campo, ¿qué son los autoconvocados? ¿Corresponde sumarlos al diálogo? Juan Carlos Iglesias Pérez, un ex agroindustrial y productor rural en el partido de Nueve de Julio, sostiene que se trata de un movimiento cívico, surgido por las circunstancias del conflicto.
“No somos una amenaza para las entidades. El día que termine el conflicto, el movimiento de autoconvocados desaparece”, afirma Iglesias Pérez, quien participó de la asamblea de Monte Maíz en representación de ese partido bonaerense.
Este miembro del movimiento describe al arquetipo de autoconvocado como una persona de “
Lo cierto es que el clima ultraseco de esta campaña termina de exacerbar los ánimos de estos muchachos, que podrían ir hacia un paro en cualquier momento. “Hay mucha bronca con Buenos Aires”, repite Iglesias Pérez.
Un conflicto de naturaleza casi geopolítica parece estar incubándose en el interior rural argentino.