La campaña de trigo comienza a tomar forma. Nitragin se lanzó con una de las primeras jornadas para difundir la tecnología de los promotores de crecimiento.
La compañía citó a dos investigadores reconocidos en promotores de crecimiento: por un lado Martín Díaz-Zorita, gerente de Investigación y desarrollo de la compañía y, por otro lado, Fabricio Cassan, investigador de Conicet y presidente de la División de Microbiología Agrícola de la Asociación Argentina de Microbiología (AAM).
Durante la charla, ambos investigadores repasaron los mecanismos involucrados en la relación microorganismos-planta, y el efecto directo sobre el cultivo.
La apertura de la jornada estuvo a cargo de Cassan, quien mencionó todos lo mecanismos de los que se valen los microorganismos para interactuar con la planta.
Luego prosiguió Díaz-Zorita, quien desagregó la generación del incremento de rendimientos en el cereal con el tratamiento biológico de semillas.
Gracias a estos microorganismos existe un crecimiento integral que acompaña todo el ciclo del cultivo, que en promedio redunda en un incremento del rendimiento del orden de 244 kg de grano/ha. Sostuvo que esa mejora en la captura de los recursos comienza con un mayor crecimiento radical, frente a una planta no tratada, del 13%.
Agregó que es muy importante, ya que la promoción del crecimiento mejora la captura de recursos.
A su vez, este mejoramiento, que comienza con la mayor elongación radical, está acompañado por una condición favorable para la nutrición, ya que las plantas que fueron inoculadas con promotores biológicos registraron un 15% más de intensidad verde.
Según el investigador, el sustento de la condición favorable a la nutrición se observó en el verdor de las hojas de las plantas tratadas. Las hojas tienen una mayor concentración de nitrógeno y potasio, lo que sugiere que el cereal tuve mayor posibilidad de traslocar nutrientes, ya que absorbió masivamente más cantidad de agua.
Transferido a los granos, los cultivos tratados mostraron mejoras en la concentración de estos nutrientes.
Durante la charla se mostró un ensayo llevado a cabo en distintas condiciones de profundidad, uno con tosca y otro en suelos profundos, y cómo este tratamiento puede ser una herramienta de mejora de la capacidad de producción.
En ambos casos se observó una mejora del 10% de rendimiento de grano por kg de N aplicado. Este comportamiento se pudo ver en sistemas completos e intersembrados.
Esto significa, según el investigador, más captura de N aplicado, que permite reducir las pérdidas de N. Ergo, habla de una mayor eficiencia por recurso invertido.
Por la tanto, la inoculación de la semilla con Azospirillum permitiría ajustar las recomendaciones de fertilización.
A través de un juego matemático, el investigador comentó: “Como la eficiencia de captura de fertilizante en trigo es de 60%, con tratamiento de bacterias esto se eleva al 66%”.
Hasta el momento, todas las mejoras se habían registrado en las etapas tempranas del cultivo, es decir, hay cambios de un 4 a 5% en el stand de plantas, mayor captura de recursos, y más crecimiento radical.
Luego, para continuar con otra etapa del desarrollo, de importancia para el productor, Díaz-Zorita contó el ensayo realizado durante 7 años (2002-2009) en 428 sitios experimentales, en la región Pampeana, en condición extensiva y con tecnología de productor.
Como conclusión de esta experimentación se observó el incremento en el rinde de 240 kg/ha, o bien, visto desde otra óptica, que el cultivo está expuesto en las condiciones de producción a una merma de la productividad de esos kg, causado por condiciones abióticas. De esta manera, el tratamiento biológico es una herramienta que permite achicar estas mermas, y representa una mejora del 6%.
Otra de las conclusiones comentadas es que estos tratamientos son mejores cuando están presentes las condiciones normales de producción, tanto en zonas húmedas como semiáridas. Es decir, no había respuestas si no se lo fertilizaba o bien si no había agua que permitiese el crecimiento de los cultivos.
Como conclusión, el investigador sostuvo que estos microorganismos no son fertilizantes ni pivot de riego, y, en términos absolutos, responden a las buenas condiciones productivas.
Artículo publicado en la edición de hoy Infocampo Semanario

