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Pablo Moyano: ‘Nuestra lucha contra las empresas exportadoras no es política’

"Las medidas de fuerza contra las aceiteras buscan el cumplimiento de convenios ya firmados por parte de las empresas", afirmó el hijo del líder de la CGT, Hugo Moyano en un artículo publicado hoy en El Federal.

"Las medidas de fuerza contra las aceiteras buscan el cumplimiento de convenios ya firmados por parte de las empresas", afirmó el hijo del líder de la CGT, Hugo Moyano en un artículo publicado hoy en El Federal.
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Por Infocampo

El conflicto de los camioneros no tuvo sus inicios en los últimos meses, como pretenden instalar en los medios los señores empresarios cerealeros, sino que data de varios años, cuando buscando mejorar las condiciones de trabajo de nuestros afiliados encuadrados en la actividad del transporte de granos, comenzamos el armado de la Rama de transporte de granos y cereales, en el Sindicato de choferes de camiones. Esta rama se creó viendo la necesidad de enmarcar la actividad del transporte de cereales, la cual hasta ese momento no tenía representatividad particular, y viendo la demanda de temas puntuales por parte de los trabajadores de este sector, ya que es un mercado muy marginal.

A principios de 2006 comenzaron las conversaciones con las principales empresas transportadoras y acopiadoras. Luego de un conflicto que duró cuatro días, se firmaron acuerdos en el ámbito de la AFIP con representantes del sector que nuclea la actividad del transporte de cereal, y luego acuerdos individuales con empresas como Cargill SACI, Nidera SA, Molinos Río de la Plata SA, entre otras, por el cual las empresas se comprometían a colaborar en el blanqueo del personal comprendido en la actividad del transporte de materia prima, girasol, soja, maíz, etcétera. A su vez, estas firmas solicitaron a los transportes la documentación que permitiera detectar personal no registrado para impedir el ingreso de los que no estuvieran encuadrados. Para ello se tomaron como antecedentes acuerdos del mismo tenor firmados por empresas como Minetti, Cementos Avellaneda, Loma Negra, La Serenísima, y otras, que funcionan como su propio ente regulador para evitar el trabajo en negro, en estrecha colaboración con este sindicato.

También empezamos ese año una larga lucha, porque se detecta demasiado transporte en condiciones no propicias. Esto no es sólo culpa del transportista, ya que los bajos costos que manejan las empresas impiden a los camioneros renovar las unidades. Es otro eje de nuestra disputa: nuestro parque automotor no posee un nivel de recambio acorde a sus necesidades, con una antigüedad promedio de 30 años por unidad. Esto ocasiona innumerables accidentes en las rutas y problemas de salud a nuestros compañeros, que para peor terminan recibiendo salarios dos o tres veces por debajo de lo que marca el convenio.

Pasaron más de dos años y el cumplimiento de los acuerdos fue, en algunos casos, parcial, y en otros, de total incumplimiento. A la fecha tenemos compañeros trabajadores que cobran mensualmente haberes en el orden de los $1.300 a $1.800, cuando deberían estar cobrando entre $4.000 y $5.000 de acuerdo con los kilómetros que recorren. En los lugares de carga y descarga no poseen condiciones de trabajo y descanso adecuados y sufren inseguridad, ya que son asaltados y muchas veces heridos. Muchos se enferman por el contacto con agroquímicos de alta toxicidad que fumigan las empresas en las cajas de los camiones, y todo esto sin contar con el trabajo en negro, o la exigencia al trabajador a facturar como monotributistas, lo que constituye un fraude laboral, ya que la contratación es directa y única.

La suma de estos puntos y nuestro constante reclamo insatisfecho nos dejó como único medio el camino de la lucha, que no es política como las cerealeras plantean, sino por la reivindicación de los derechos de los trabajadores y sus familias, víctimas de la mecánica siniestra de estas grandes empresas y cámaras, que sólo acumulan dinero a costillas del esfuerzo ajeno. Dejamos en claro que buscamos el cumplimiento del convenio colectivo de trabajo 40/89, blanqueo del personal, el pago de las diferencias salariales surgidas por incumplimientos y la construcción de lugares adecuados para el descanso y espera de nuestros compañeros en sus puestos de trabajo.

Por Pablo Moyano, titular del Gremio de Camioneros

(Artículo publicado en la edición de hoy de El Federal)

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