Mientras que en algunas “cuevas” se llegó a pagar hasta $7,70 para comprar dólares en el mercado paralelo, el Gobierno siguió sin inmutarse por la escalada del billete.
En despachos oficiales se escuchaba la misma línea argumental. “Acá no cambió nada. No es cierto que haya más caudal de negocios en el ‘blue’. Este mercado opera el equivalente al 2% de la plaza cambiaria argentina. Ese porcenataje no cambió. Se hacen pocas operaciones y estos precios reflejan esa escasez. Pero no hay más negocios”, dicen en el Gobierno, ninguneando el comportamiento de la divisa en las denominadas cuevas del microcentro porteño. En números, entonces, no superaría los 10 millones de dólares”.
Según la visión oficial, entonces, el brusco movimiento del “blue” no tiene impacto en la economía real. “No hay grandes jugadores en este mercado, son operaciones puntuales”, indican. La aclaración viene a cuento de otro momento el año pasado en donde se había disparado el “blue” por algunas operaciones de empresas.
Según publicó Infobae, la economía argentina opera en un porcentaje no menor en la informalidad. Y las necesidades de cancelar obligaciones de esas empresas se canalizan en el paralelo. “No hay nada de eso”, se escucha.
Esa línea es la que mantendrá Mercedes Marcó del Pont y Hernán Lorenzino, apostando a un factor estacional para explicar la disparada de la cotización. “No hay nada nuevo y tiene un efecto muy marginal”, acotan con una mueca en los pasillos oficiales. Las dudas de que esto sea así son cada vez más grandes.
