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Por la sustentabilidad

Para una fertilización eficaz hay que efectuar análisis de suelos en forma periódica y en la misma época del año. Este es uno de los recursos que más atención concita. Un adecuado balance de nutrientes indica la diferencia entre lo que utilizamos y lo que hay.

Para una fertilización eficaz hay que efectuar análisis de suelos en forma periódica y en la misma época del año. Este es uno de los recursos que más atención concita. Un adecuado balance de nutrientes indica la diferencia entre lo que utilizamos y lo que hay.
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Por Infocampo

“Sin un correcto diagnóstico no se puede tener una fertilización exitosa”, explicó Fernando García, de Inpofos Cono Sur.

Indicó que nitrógeno, fósforo y azufre son los tres elementos que presentan mayores deficiencias en los sistemas extensivos en el país. Situación que varía de acuerdo a las diferentes zonas productivas y al tipo de explotación. Según el especialista, el nitrógeno es un elemento extremadamente móvil porque más del 90% suele estar presente en el suelo en forma orgánica. “Si bien no presenta alta residualidad, debe enfatizarse el efecto indirecto que produce al permitir una mayor acumulación de biomasa y por ende de carbono que es incorporado al suelo en la fracción orgánica misma”. El fósforo en cambio, “tiene menor movilidad y una residualidad entre cultivos significativa. Por lo tanto, es conveniente evaluar los balances de este nutriente en los lotes en producción y considerar la posibilidad de manejar este elemento para la rotación y no solamente para el cultivo inmediato a implantar”. El azufre, sin embargo, presenta deficiencias en situaciones de suelos con bajo contenido de materia orgánica y en los arenosos. Asimismo, en sistemas con exceso de precipitaciones o bajo riego. “Estamos encontrando un límite crítico de 10 ppm de sulfatos sobre los primeros 20 centímetros por debajo del cual encontramos respuesta a la fertilización”, apuntó el director de Inpofos.

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