En una videoconferencia organizada por Agrositio, Emilio Satorre presentó los resultados de las últimas Unidades Experimentales de Alta Producción, que Monsanto llevó adelante en la última campaña.
El técnico, referente del movimiento Crea y de la Facultad de Agronomía de la UBA, se concentró en lo relativo al impacto de la distancia entre hileras sobre los rindes del maíz.
Para ello se realizaron siembras de dos híbridos (DK670 MG y AW 190 MG) a 52 y 104 cm entre hileras. Se buscó una orientación este/oeste para minimizar el efecto del sombreado y se trabajaron con densidades de entre 70 y 90.000 plantas por hectárea. Lo más destacable es que no hubo interacción por el híbrido (su performance no demostró diferencias significativas), en tanto que sí por la calidad del sitio.
Se obtuvieron mejores rindes a 52 cm que a 104, del orden de los 12.500 kg/ha versus 9.300, lo cual se vinculó a que en floración el cultivo a 52 cm estaba interceptando el 87% de la radiación, mientras que a 104, menos del 70%. Sin embargo, las plantas sembradas a mayor distanciamiento mostraron un mayor peso del grano, con lo cual tendieron a compensar el rinde.
âLa caída de rendimiento no fue tan grande como se esperaba a priori. En algunos casos se llegó a obtener el 90% del rinde a 52 cmâ, destacó Satorre.
Las Uedaps están sirviendo para hacer la sintonía fina del cultivo de maíz. Así, se mostró que los nuevos híbridos no sólo son más rendidores sino que tienden a ser más estables en una variedad de ambientes productivos.
Otro tema destacable es que los nuevos materiales se adaptan muy bien a los planteos de alta densidad, que en la actualidad llegan hasta las 90.000 plantas en los mejores ambientes.
