Primavera y verano son las estaciones propicias para la aparición de la queratoconjuntivitis infecciosa bovina (QIB), una enfermedad caracterizada por el lagrimeo, la inflamación de los párpados y la formación de una “nube” blanco amarillenta que rodea la córnea y que puede generar pérdidas económicas por $ 25 y $ 50 por animal. Técnicos del INTA Balcarce, de Biogénesis y del Laboratorio Azul recomiendan implementar un programa de inmunización que contemple la elaboración de un registro de antecedentes y diagnóstico de causantes como paso previo a la aplicación de la vacuna en los bovinos.
La QIB se presenta en rodeos de cría, invernada, tambos y feed-lot. La frecuencia de aparición y gravedad varía con los años y las características de cada establecimiento. La duración de la enfermedad se puede extender hasta una semana y en el transcurso de un mes se pueden presentar síntomas hasta en un 80% del lote. La gravedad de la enfermedad depende de los agentes infecciosos actuantes. Se observaron cuadros más severos cuando los mismos actúan en forma combinada.
En el país existen vacunas de alta calidad inmunogénica contra los principales agentes causantes, que deben aplicarse en forma repetida antes de que se detecte la enfermedad.
Desde 1999, Biogénesis desarrolló una vacuna compuesta por cepas locales de Herpes Virus Bovino tipo 1 (IBR), bacteriana piliada y toxoide de Moraxella bovis y bacterina de Branhamella ovis, que asegura la prevención del síndrome de QIB.
