Contrariamente a lo que se cree, un Niño fuerte no siempre es una buena señal. Al menos cuando se trata de fenómenos meteorológicos. Es precisamente por eso que este octubre ya se transformó en el más frío de la historia y que las temperaturas máximas del verano estarán algunos grados por debajo del promedio habitual. Según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) también podrán esperarse mayores precipitaciones en el verano en toda la zona del Litoral, la región Pampeana y el norte de la Patagonia.
“La gente se asusta cuando se habla de que va a hacer más frío y piensa que va a tener que salir con campera en pleno verano, pero no es así”, asegura Cindy Fernández, difusora del SMN. “Lo que quiere decir esto es que la temperatura será menor a la media histórica. Por ejemplo, si en un diciembre normal hay una máxima promedio de 28,1 grados, este verano quizás va a estar en 25”, aclara.
Fernández señaló a Tiempo que El Niño en Argentina se caracteriza por actuar como “modulador de temperatura” reduciendo la amplitud térmica anual. Esto hace que haya inviernos más cálidos, como el último, y veranos más fríos, como el que se aproxima. También es el responsable de haber logrado el octubre más frío desde 1961.
Siguiendo las mediciones de temperatura del SMN difundidas esta semana, la temperatura promedio del mes de octubre hasta el momento a nivel nacional se redujo 2,7 grados. Sin embargo el comportamiento no fue igual en los extremos: la temperatura máxima del mes fue 3,1 grados inferior a la media y la mínima estuvo apenas 1,9 grados por debajo. Estos guarismos son inferiores a los registrados en la primavera de 1963 que eran, hasta ahora, los que tenían el record por las condiciones de frío extremo en esta época del año.
Verano húmedo
En lo relativo a las precipitaciones, el SMN emitió un informe especial en el que prevé “una mayor probabilidad de lluvias por sobre las normales en el Litoral, región Pampeana y norte de la Patagonia”. Puntualmente se refiere a los trimestres octubre-noviembre-diciembre y noviembre-diciembre-enero, en los que estima que en la región del Litoral habrá una probabilidad de precipitaciones del orden del 60% o 70%; y en la provincia de Buenos Aires las probabilidades oscilarán entre 40 y 60%.
Curiosamente las causas de estos efectos hay que buscarlas muy lejos del país. Se considera que se está bajo la influencia del fenómeno de El Niño cuando las aguas del Océano Pacífico ecuatorial tienen durante seis meses una temperatura más elevada que el promedio de los últimos treinta años. Entonces, cuando la masa de agua caliente se ubica a la altura de las costas de Perú, la temperatura hace que aumente la evaporación y que se produzcan más lluvias en la región modificando la circulación atmosférica en todo el planeta.
Esto produce más cantidad de huracanes en el Pacífico ecuatorial, como el Patricia que acaba de azotar México, y en Argentina se manifiesta en mayores precipitaciones estivales y una menor amplitud térmica anual. Esto genera una menor temperatura media en el centro y sur del país, pero una superior sobre el noroeste, extremo norte y noreste del país.
“Si bien está muy estudiada la relación que existe entre el fenómeno de El Niño en cuanto a precipitación y temperatura, se le suele dar mayor relevancia con respecto al primero, debido a su mayor impacto por la ocurrencia de eventos intensos de lluvia, crecida de ríos, inundaciones o sequías prolongadas”, añadió el SMN en su informe especial emitido por el “predominio de condiciones extremadamente frías en lo que va de octubre de 2015”.
Por ello advirtió a los habitantes del centro y noreste del país que “se espera la ocurrencia de eventos locales de precipitación más intensa que lo normal”. Ante eso recomendó consultar los pronósticos a más corto plazo debido a las complicaciones que estos fenómenos puedan causar.Respecto de las temperaturas, Cindy Fernández destacó que los meteorólogos del SMN “estábamos algo preocupados porque algunos agricultores arrancaron la cosecha de verano cuando todavía faltaban entrar algunas masas frías e incluso heladas en el centro de la provincia de Buenos Aires”. Las consecuencias de ello, sin embargo, se conocerán en unos meses.
Desde 1961 se registraron 18 Niños en el país. El que nos afecta este año, que fue identificado en el mes de mayo, es considerado por el SMN como uno de los cuatro más fuertes (con el de 1972/1973, 1982/1983 y 1997/1998). La certeza se tendrá recién en otoño de 2016, cuando se calcula que se retomará una situación climática habitual.
El problema de los ríos en Mendoza
Durante la tercera Comunicación Nacional sobre Cambio Climático se advirtió un problema de consideración: la provincia de Mendoza. Dos son las razones que la ubican como la región que más se verá afectada por el fenómeno del cambio climático. Por un lado, un persistente aumento de la temperatura, por el otro, variación del régimen hídrico, menos nevadas y lluvias convectivas frecuentes. El IPCC ya confirmó este panorama en tres oportunidades, por lo que la Universidad de Cuyo estudió el problema y dio su veredicto.
Mendoza forma parte del 75% de territorio argentino de tierras secas y es una de las provincias del país en la cual todo su territorio está en proceso de desertificación. Se la define como tierra seca porque su promedio anual de precipitaciones no alcanza los 250 mm por año; el promedio anual de humedad es del 30%; posee una gran amplitud térmica y una muy fuerte radiación solar. Esta última característica la convierte en una región muy apta para la producción de energía solar.
Su régimen hídrico depende de la cantidad de nieve que se acumula en las altas cumbres durante el invierno y que se escurre por cinco cuencas. Esos ríos demuestran, desde los años ochenta, una reducción de su caudal del orden del 50 al 60%. “A su vez, el aumento en las temperaturas medias adelanta el proceso de fusión de la nieve, y genera mayores caudales y riesgo de inundaciones y aluviones en primavera”, acusó el manual de Vulnerabilidad realizado por la secretaría de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación. Especialistas también señalan que dentro de 50 a 70 años las lluvias de verano en los llanos de la provincia podrían aumentar en forma considerable, lo que ocasionará veranos más lluviosos. Será fundamental el aprovechamiento del agua de origen pluvial en los reservorios que están localizados en la red de cauces del sistema de riego.
La distribución del agua obligará a los sucesivos gobiernos a encarar obras de consideración como presas embalse, diques derivadores, canales y acequias.
El Niño
18 Son la cantidad de fenómenos El Niño registrados desde 1961. El que está sucediendo este año ya es considerado como uno de los cuatro más fuertes.
En octubre
8ºC por debajo de la temperatura media del mes llegó a registrarse en algunas zonas de Cuyo y el NOA, producto de El Niño.