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Recomendaciones para fertilizar el maíz sembrado en diciembre

El técnico del Inta Pergamino, Gustavo Ferraris, aseguró que los tardíos deben nutrirse con nitrógeno luego de la post emergencia del cultivo. Los de segunda (sobre legumbres) también en el mismo período, pero los que vienen detrás de gramíneas deben ser al momento de la siembra. Por Esteban Fuentes

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Por Infocampo

El maíz tardío ya es una realidad en los planteos agrícolas y este manejo ocupa gran parte de los campos maiceros.

Así es como ya ha superado en porcentaje al maíz sembrado en fechas tempranas. La proporción es 60 a 40% en favor de los tardíos.

Una de las ventajas es el menor costo de los insumos, sobre el de semillas (se siembra una menor densidad) y la utilización de fertilizantes, sobre todo
el de nitrógeno.

En este último punto se explaya el especialista Gustavo Ferraris, del Inta Pergamino. 

En primer lugar, el técnico subrayó que hay que distinguir entre dos estrategias para fertilizar, ya sea entre maíces tardíos y maíces de segunda. Los primeros son aquellos que no tienen cultivos antecesores invernales y se encuentran en una situación más cómoda con respecto a los de primera. “Los barbechos son más largos y hay mayor temperatura por lo que hay mayor acumulación de nitrógeno”, relató.

La cantidad de nitrógeno (N) suele ser alta si el lote tiene una buena historia agrícola y buen contenido de Materia Orgánica (MO).

“Provee de 100 kg del nutriente en los primeros 60 cm de perfil, satisfaciendo más de la mitad de las necesidades del cultivo”, indicó.

Así, la posterior aplicación de fertilización nitrogenada acompaña a la del suelo.  Asimismo, se deben aplicar después de en una post emergencia temprana
porque no hay mucha demanda en el comienzo del desarrollo de la planta.
 
No obstante, este período entre la implantación y la post emergencia es de 20 días a 30, porque el maíz crece rápidamente Luego, se encuentran los maíces de segunda, que se implantan sobre un cultivo antecesor. Estos se dividen en dos: sobre legumbres donde el nivel de nitrógeno es parecida al maíz tardío porque los cultivos fijan y no agotan el perfil.

Pero sobre gramíneas (trigo y cebada) o colza difieren. Estos tienen un mayor consumo del nutriente y agua, y dejan el perfil con pocas reservas, ya que son
cultivos exigentes.

“La relación entre carbono y nitrógeno del suelo es alta. Hay mucho carbono para la disponibilidad del N por los residuos del cultivo invernal y esa relación
alta se asocia a la poca oferta del nutriente por mineralización de la MO del suelo”, indicó explicando que hay una exigencia mayor desde los primeros estadios. En esta línea, indicó que se recomienda fertilizar al momento de la siembra.

Otro de los nutrientes importantes es el fósforo. En este caso, Ferraris aseguró que sucede algo parecido que con el nitrógeno. En maíces tardíos el rinde máximo se alcanza con una dosis menor que lo que se da en los de primera. En este punto incide la temperatura y la mayor rapidez de crecimiento del cultivo.

Sin embargo, aclaró que la extracción que genera un cultivo de siembra tardía para un mismo nivel de rinde es igual o superior a un cultivar de fecha temprana. “En general los productores fertilizan con poco, y esto no es una práctica sustentable”, señaló.

En este sentido aseguró que la recomendación es agregar dosis parecidas a las que extrae el grano. Continuando en esta línea, el técnico del Inta hizo referencia a los micronutrientes, sobre todo al zinc. “Si hay menos de una parte por millón, ya sea para tardíos como para tempranos, muestran expectativas de respuesta.”

En este sentido, indicó que los análisis de primavera pueden servir para decidir en el agregado para los tardíos.

Lixiviación en los maíces de primera.

El especialista advirtió sobre el lavado del nutriente o lixiviación ante estos copiosas lluvias. Y aseguró que no solo depende de las lluvias, sino de los factores del suelo. “Las lluvias de gran magnitud que generan saturación del suelo es posible que haya pérdidas de N. Se presenta cuando se agrega el nutriente al momento de la siembra, sobre todo en fechas tempranas.”

No obstante, los primeros de 45 a 60 días del desarrollo del cultivo hay poca demanda de N y ese fertilizante está expuesto a lluvias que lo alejen a capas
más profundas y que las raíces no lo alcancen. Las aplicaciones deben ser en 4 o 6 hojas cuando el cultivo tiene las raíces más desarrolladas. “Las fertilizaciones tempranas en suelos arenosos hay pérdidas importantes.”

Además, si hay un ascenso de napas cercanas a la superficie hace que se pierda el N a profundidades que las raíces no lo pueden capturar.

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