“Ahora es mucho más importante lo que está pasando con el Real, que incide en el tema cambiario y hace que el tipo de cambio efectivo de la Argentina se aprecie, y que determina que en el mediano plazo va a ser cada vez más difícil ingresar a ese mercado”, señaló a “Siempre que llovió…, paró”, que se emite por Radio Colonia, Mauricio Claveri, especialista en comercio exterior de la consultora ABeCe.com.
El analista consideró que “es un momento difícil para la Argentina porque hay muchos sectores que generan gran parte de las divisas, vía exportaciones, que tienen dificultades para exportar por temas administrativos o tributarios, que le restan mucha competitividad y generan demoras y pérdidas financieras. Casos claves como el trigo, el biodiesel, la carne o el combustible vienen con incidencias negativas en las exportaciones en los últimos años, lo que hace que aún teniendo un año bueno, con buenos precios y cosechas, las exportaciones tengan un crecimiento muy frágil”, puntualizó antes de agregar que “también está el tema de la competitividad y que se está viendo bastante complicado por el incremento de costos, y por la debilitación de las monedas de los vecinos”, dijo.
Consultado sobre este aspecto, Claveri señaló que “Creo que el problema deriva de que se intenta usar el sector externo, tanto las importaciones como las regulaciones sobre las exportaciones, para cumplir muchos objetivos, como tratar de cubrir muchos de los desequilibrios que se observan en el modelo económico. Por un lado hay escasez de dólares, y también se trata de cerrar la brecha cambiaria. Con lo cual, se intenta salvaguardar el superávit comercial, se controlan las importaciones y se generan dificultades para el ingreso de insumos (bienes de capital), sobre todo desde el 2012. Esto también incide sobre las exportaciones. Uno de los principales importadores de insumos, materias primas o bienes de capital, son justamente los exportadores”, afirmó.
Agrego, además, que “también se busca tener un objetivo recaudatorio a través de retenciones, demoras en la devolución del IVA y reintegros, como las que se están viendo que inciden sobre los exportadores”, explicó.
También destacó que “hay objetivos de cubrir la demanda interna a un precio desfasado del precio internacional. Con lo cual, también se han puesto restricciones en las exportaciones de numerosos sectores que han terminado incidiendo y afectando en la producción, y como consecuencia de esto, en los saldos exportables. Esa conjunción de factores confluyen un poco en el resultado que hoy vemos: pérdida de competitividad en muchos de esos sectores, y lo que es mucho más grave, la primarización y concentración del flujo exportador en torno de alguno sectores altamente competitivos o regulados, como es el caso del sector oleaginoso, los cereales o el automotriz”, destacó.
Según Claveri, “con la pérdida de competitividad los productos argentinos se van volviendo menos competitivos por la diferencia en la velocidad en que aumentan los costos, que hace que cada vez sea más difícil ingresar a los mercados externos, con lo cual, van quedando más supeditados a lo que es la demanda interna, el mercado interno. Así se hace mucho más frágil toda la estructura productiva, porque ante una situación de mayor fragilidad del mercado interno impacta directamente sobre la producción y sobre el empleo, pero también incide sobre el aumento de precios ya que en el mercado interno, relativamente cerrado, el crecimiento se da más por precio que por la cantidad. Entonces, hay una situación importante de fragilidad en muchos sectores productivos, sobre todos los industriales. Hoy más de la mitad de las exportaciones industriales es el sector automotriz, y esto no es tanto por lo que ha crecido el sector, sino por lo que no crecen el resto de los sectores, que están bastante “amesetados”, y en muchos casos con caída de exportaciones hacia los mercados tradicionales, que son los mercados latinoamericanos”, finalizó.
