El conflicto de las retenciones móviles, en marzo de 2008, lo sorprendió en su cargo de director de la sede porteña de la Federación Agraria Argentina (FAA).
Esa circunstancia lo convirtió en uno de los primeros comunicadores de la problemática rural a la opinión pública. “Fue fundamental explicar el porqué de la protesta, y creo que lo hicimos bien”, dice ahora. Su participación mediática iba creciendo al compás del conflicto hasta que en un momento desapareció de la escena.
“Por un lado, el buen trabajo que hicimos despertó celos naturales en otros dirigentes de la entidad, hasta que un día Eduardo (Buzzi) me pidió que no fuera más a los medios porque tenían que ir otros compañeros”, relata hoy Silvio Corti, desde San Pedro, donde participa de la filial y se dedica a su producción citrícola. En setiembre de ese mismo año, el congreso de la entidad no lo renovó como director. Continuó su militancia en la filial de esa localidad bonaerense y se integró a la corriente interna Francisco Netri, que ‘sin ser opositora’, dice, plantea cambios en la gestión de la Federación.
En diálogo con Infocampo rememora los días de la ruta y analiza la cuestión rural hoy.
-¿Cómo viviste esa primera fase del conflicto?
-En esos primeros días, me tocó una tarea que para mí era muy importante: explicarle a la sociedad en general el porqué de la protesta rural. Importante digo, porque si pudimos salir triunfantes, por decirlo de alguna manera, ya que en política agropecuaria poco y nada se logró, pero sí en lo político gremial, fue por el apoyo de la opinión pública. Y si tuvimos ese apoyo fue porque comunicamos bien. Cada vez que iba a los medios me concientizaba en que no le estaba hablando al productor, que ya está convencido, sino a la gente de la ciudad, a los trabajadores y a los que no conocían de qué se trataba el conflicto.
-¿Cuál fue la estrategia de comunicación?
-Nosotros trabajábamos desde hacía un par de años con una consultora de prensa que nos organizó mucho el trabajo y nos abrió las puertas de muchos medios. Después, el discurso lo íbamos construyendo los dirigentes de acuerdo a cada situación. Había un poco de organización y otras cosas surgían a medida que se extendía el conflicto. Desde la Federación intentábamos, al menos yo, ser fiel a los contenidos de la propuesta de la entidad, que venían construyéndose desde hace años.
-¿Cómo se definía qué dirigente iba a cada medio? ¿Había una cuestión de cartel?
-Hablo de lo que pasaba en mi entidad. Sí, creo que los dirigentes principales hacían una selección de adónde iban y adónde no, lo que no sé si está bien. Yo me acuerdo de mi trabajo, hubo veces en que, entre las 6 y 7 de la mañana, ya había sido entrevistado por dos o tres programas periodísticos. Iba a todos lados porque para mí todos los medios eran importantes y estaba convencido de que era clave comunicar
-¿Cómo era la relación con los periodistas?
-En general, se notaba cierta afinidad de los periodistas con respecto a nuestros reclamos. El rol de la prensa, en algunos casos por sus propios intereses, fue clave en esa pelea. Antes de eso, hasta el 11 de marzo, muchos de esos mismos periodistas no nos conocían, pero cinco días después sabían hasta las internas dentro de la FAA.
-¿En qué momento empieza a decaer tu presencia en los medios?
-Cuando el conflicto arrancó era el titular de la filial porteña de la FAA y estaba con el vice segundo, que era Ulises Forte. Esa circunstancia de estar en Capital Federal produjo mi aparición mediática. El buen trabajo que hicimos como comunicadores llevó a que surgieran celos naturales en otros dirigentes de la entidad hasta que, un día, Eduardo (Buzzi) me pidió que no fuera más a los medios porque tenían que ir otros compañeros. Así que quedé en Buenos Aires, pero con otras tareas de tipo organizativo.
-¿Qué evaluación hacés de esa etapa, ahora que ya pasaron algo más de dos años?
-Creo que volvería a hacer lo mismo que hicimos. Por supuesto, a la distancia, pienso que hubo cosas que se pudieron haber hecho mucho mejor, pero el rol de la Federación fue muy importante. Se hizo lo que se pudo. Mantuvimos siempre claro nuestro rol como representantes de los pequeños y medianos productores. Nuestras propuestas, si no de izquierda, fueron progresistas. Eso le complicó la táctica política al Gobierno. Ese rol se desdibujó cuando nuestra entidad acordó la presencia de Buzzi en la inauguración de la Exposición Rural, en 2009.
-¿Por qué creés que fue una decisión errada?
-Fue un error táctico tremendo porque la FAA se corrió de su rol y le dejó el andarivel por izquierda libre al Gobierno para que le pegue a la Mesa de Enlace.
-¿Cuál es tu opinión sobre los agrodiputados?
-Es una herramienta más, que antes no teníamos. Pero todavía no sabemos cómo usarla, ni tuvimos oportunidad, porque la agenda política está pasando por otro lado. En el Congreso Nacional no se está discutiendo una política agropecuaria. Cuando sí exista ese debate, la presencia de estos legisladores será importante.
Nota publicada en la Edición de hoy del Semanario Infocampo

