Llambí Campbell y Carlos Pellegrini abrieron el ciclo de jornadas a campo SPS Anticipa. Unos 200 productores y distribuidores recorrieron las estaciones de cultivos e intercambiaron información con referentes de las empresas que respaldan el trabajo de la semillera. Las próximas citas son hoy jueves 21 en Pergamino, el martes 26 en Miramar y el 14 de marzo en Jesús María, Córdoba.
Productores, técnicos y distribuidores locales vieron in situ los resultados logrados a partir de la combinación de semillas SPS y productos de las empresas más importantes del país, con paquetes de información tecnológica y estrategias de manejo especialmente diseñadas para el centro santafecino.
En Llambí Campbell, la primera estación de la recorrida fue el sorgo, donde se vieron ensayos con los híbridos SPS 7070 de porte alto, grano rojo y con tanino y el SPS 9322 de porte medio a bajo, grano rojo y sin tanino. Ambos sembrados el 16 de octubre con 280 kg/ha. de arrancador (fosfato monoamónico y urea). También fueron tratados con productos de Syngenta: Cruiser para el control de insectos y Concep como antídoto para poder aplicar el herbicida Dual Gold.
‘En el caso del 9322, refertilizamos con 100 lt/ha de UAN líquido para explorar la repuesta al nitrógeno. Como es un material con mucha respuesta a la tecnología y el año venía seco, nos dio muy buenos resultados. Es un híbrido que macolla muy poco y tiene una excelente calidad de grano, ya que el índice de proteína marcó un 12%, es decir que resulta buena alternativa para alimentación animal, sobre todo avícola y bovina’, indicó Hernán Echagüe, del área de desarrollo de cultivos de la semillera.
En cuanto al SPS 7070, Echagüe detalló que ‘es un material que puede servir muy bien para doble propósito, y para hacer silo, con muy buena excersión de panoja, lo que facilita la trilla, calidad media de grano, pero una rusticidad que permite incluirlo en cualquier planteo’.
Según el especialista, ambos materiales son promisorios para la zona, sobre todo por la calidad del grano. ‘La Argentina sembró unas 800 mil hectáreas de sorgo la última campaña y Santa Fe concentra alrededor del 25% del área’, expresó Echague.
En el marco del acuerdo de vinculación tecnológica que establecieron SPS y Syngenta, los ensayos contaron con el respaldo de los productos más innovadores para el cuidado de los cultivos desde la implantación hasta la cosecha.
Se trata de una inversión en equipos Cimbria traídos de EEUU para incorporar terápicos de semillas. ‘La genética es más cada día más importante, por eso hay que cuidarla desde el comienzo’, señaló Natalia Schmithalter, especialista en protección de cultivos de Syngenta. En esta línea agregó que ‘SPS comenzó a trabajar en la aplicación de terápicos en semillas, con una dosis exacta y correcta distribución de los productos, de manera que el productor sólo tenga que abrir la bolsa y encargarse de la implantación del cultivo’.
Una de las novedades más importantes de las SPS Anticipa son los ensayos con el nuevo maíz MGRR2, que conjuga y potencia las bondades de la resistencia a Lepidópteros, otorgada por la tecnología MaízGard, con la tecnología RR2 (Roundup Ready 2) de tolerancia a glifosato para el control de malezas.
En el caso de Santa Fe, la advertencia que realizaron los especialistas en maíz fue prestar especial atención a los nutrientes. ‘La deficiencia de fósforo es notoria de este a oeste. El fósforo disponible es de 14/15 ppm llegando a 6 en las peores zonas, cuando la mínima en estado crítico es de 20 ppm’, señaló Leonardo Márquez, de Agroquímica Rosario S.A.
Este panorama genera más respuesta a la fertilización debido al cuadro de deficiencia, por eso Márquez indicó que ‘acá no se puede sembrar sin un arrancador de base, es decir que no se puede empezar sin invertir en el suelo’.
A diferencia de Llambí Campbell, Carlos Pellegrini cuenta con suelos clase A, es decir muy bien estructurados y equilibrados en sus componentes. Rodolfo Gil de INTA Castelar indicó que el punto de partida es saber qué pasa con el agua en el lote y para eso hay que conocer el suelo. ‘No es suficiente saber que con 500 mm logramos una buena cosecha, sino ver cuál es la cantidad de agua que la planta tendrá disponible’.
En este sentido, indicó que ‘la clave es que la planta pueda secuestrar la mayor cantidad de carbono posible, para ello son fundamentales las rotaciones con cultivos como maíz, sorgo y también trigo, que facilitan este trabajo porque tienen buenas raíces. Además, mayor capacidad de almacenaje de agua’, afirmó.
Gil advirtió que hay que desterrar las recetas en cuanto a nutrición de suelo, porque cada región tiene sus requerimientos y cada lote necesita de un manejo diferente para poder aprovechar el agua disponible.
Por su parte Oscar Valentinuz, de INTA Paraná, detalló que ‘el maíz está apuntando a la alta producción, por eso no se puede descuidar la nutrición y el factor clave que es la densidad de plantas. ‘Este año tuvimos una pista de que el año venía seco, entonces los planteos conservadores en densidad mostraron rindes buenos. Es decir que en un año seco como este yo no pasaría de las 75 mil plantas por hectárea y ajustaría la precisión espacial y temporal de mi siembra, para que el cultivo pueda aprovechar bien los recursos disponibles’, indicó.
En vista de los resultados logrados en los ensayos a campo, para maíz y soja los técnicos de Basf, recomendaron el uso de fungicidas. ‘Opera dio una ganancia promedio de 600Kg/ha frente a cultivos sin tratar. Aplicamos el producto con bastante cantidad de agua para lograr buenos impactos en el área foliar, y en proporciones de no menos de 120 lt/ha. para aplicaciones terrestres y 20 lt/ha para aérea’, señaló Mónica Durán, técnica de la compañía.
Tanto en Llambí Campbell como en Carlos Pellegrini, los lotes de soja mostraron excelentes perspectivas de rendimiento. Los especialistas recomendaron las SPS indeterminadas 4900 y 5×5. La primera porque demostró muy buena adaptación a suelos con limitantes, lo que permite levantar el piso de rendimiento de los lotes con menor performance.
Mientras que la 5×5 tiene una estructura de planta más frondosa, buen comportamiento a vuelco y una rusticidad especial para la zona. En cuanto a inoculantes, SPS confió en la tecnología de Rizobacter para maíz y soja. En el primer caso propone el Pre Pack Max que integra inoculante, protector y curasemilla, con la ventaja de proteger el cultivo de patógenos de suelo y semilla. En maíz, la apuesta es al Rizofos Liq Maíz, que es solubilizador de fósforo y produce antibióticos con lo cual evita el ataque de patógenos. ‘Estos productos garantizan más captación de nutrientes y un plus promedio en rendimiento de 600 kg/ha’, señaló Wilter Canciani, de Rizobacter.
Representantes de Ingeniería Bertini advirtieron una tendencia creciente hacia las sembradoras neumáticas en la zona. ‘La principal ventaja de estos equipos es que el sistema neumático permite regular la cantidad de semillas por metro en forma equidistante’, detalló Luis Paratcha, representante zonal de la firma. El diseño innovador y exclusivo de Bertini plantea un deflector en las sembradoras que conduce el aire de manera homogénea hacia los dosificadores, brindando mayor calidad de siembra y cuidado de las semillas. Además, propone equipos aptos para semillas calibradas o sin calibrar.
