“La agricultura argentina, sin temor a equivocarme, es la más eficiente del mundo, capaz de incorporar nuevas áreas de siembra, incrementar permanentemente los rendimientos verticales, de asegurar la sustentabilidad y mejoramiento, y todo esto a costos no logrables en ninguna parte del mundo”, aseguró Héctor Sendoya, gerente general de Agco, en una disertación en la Exposición Rural organizada por la Asociación de Fábricas Argentinas de Tractores (Afat). El seminario fue sobre “La tecnología al servicio del productor: mirando al futuro” y participaron también Jorge Bassi (Fertilizar), Pablo Vaquero (Monsanto) y Raúl Houssay (El Tejar).
Las maquinarias que el productor percibe como de mayor agregado de productividad son las vinculadas a la siembra, a la cosecha y a la pulverización, son las tres básicas para un planteo sustentable de siembra directa. El tractor hoy es percibido como un elemento que agrega capacidad de utilización de mecanismos inteligentes que contribuyen a completar el circuito. Hoy se lo ve como fuente de potencia hidráulica, capacidad de traslado y movimiento para turbinas de sembradoras, etcétera.
Sendoya especificó lo que se viene en los distintos rubros:
Tractores. En este sector la demanda se orienta hacia unidades con clara contribución al incremento de la productividad y la eficiencia. El tamaño de más de 150 CV, mayoritariamente destinados a labores de siembra, comienza a ser percibido como el mínimo para llevar las sembradoras cada vez más anchas, con mayor cantidad de fertilizante y, por consiguiente, más peso.
Los sistemas hidráulicos se orientan a circuitos independientes, de centro abierto con compensación o cerrados, con caudales del orden de los 100 litros/minuto.
El piloto automático es una tecnología que también comienza a difundirse (hasta el año pasado se vendieron 35 equipos) y crecerá aún más cuando se conozcan sus bondades, dado que permite no superponer pasadas y establecer en forma permanente áreas de tránsito para mejorar el control de la compactación.
Cosecha. En trilla hay un claro crecimiento en el tamaño de las máquinas vendidas como consecuencia de la demanda del nuevo perfil empresarial del contratista, quienes son responsables de más del 80% de la cosecha.
Las clases que más se están usando son 6, 7 y 8, y ya representan el 60% del total de máquinas vendidas. Además se ha incrementado el número de monitores de rendimiento provisto para las categorías mayores de máquinas como un equipo básico.
Sendoya hizo referencia al sistema de cabezal con lonas (explicado por Infocampo hace 15 días), que ya está siendo probado en la Argentina y que permite una mejor dosificación en el material que llega al sistema de trilla.
De las alrededor de 22.000 máquina del parque actual, aproximadamente 2.000 cuentan con monitor de rendimiento y 1.650 además con GPS. Esto significa que ya estamos en condiciones de mapear alrededor del 9% de la superficie cosechada.
Este tipo de máquinas y segmentos de tamaño es muy clara la preferencia del mercado por cosechadoras de trilla por rotores, las que representan más del 50% de las unidades vendidas por todas las marcas en 2007.
Pulverización. En fertilización y pulverización autopropulsada ya casi no se admiten equipos sin computadoras para control y dosificación. También existe una gran evolución en la capacidad de tanque, sistemas de inyección del producto, transmisiones hidrostáticas, trochas variables sobre la marcha y cabinas de alto nivel de seguridad para el operador, entre otras.
El banderillero satelital extensamente utilizado en pulverización permite alargar las jornadas de trabajo y aumentar la precisión. También permite ahorrar producto. Alrededor de 5.000 unidades del parque actual de pulverización están equipadas con este accesorio.
Siembra. Junto con la siembra directa fueron apareciendo equipos en los que se buscan soluciones para asegurar la llegada eficiente de la semilla, portadora de los saltos productivos en la actualidad por su, cada vez mayor, cantidad de información.
Nuevos diseños de bastidores, tiro de punta, sistema autotrailer, air drills y otros para hacer intersiembra, son algunas de las novedades. También en este rubro, los monitores de control de siembra y los dispositivos de dosificación variables siguen acercando oportunidades de mejora de la productividad.
Sendoya sintetizó el rol de las maquinarias agrícolas dentro de la productividad: “Las máquinas de última generación tienen una contribución decisiva ya que son el vínculo real de flujo de la tecnología genética encerrada en la semilla, a la que se busca colocarla en las mejores condiciones para que pueda expresar al máximo su potencial; cuidar las plantas durante su desearrollo ante la aparición de insectos y malezas; y al momento de la recolección disponer de la más desarrollada tecnología reduce las pérdidas sin dañar los cultivos, generando al mismo tiempo información que retroalimente el círculo virtuoso”.
