Participaron, Víctor Pereyra (presidente de la SRT), Roberto Sánchez Loria (vicepresidente de la Asociación Tucumana del Citrus), Alejandro Bleckwedel (productor citrícola), Alvaro Bulacio (titular de la firma Argenti Lemon) y Daniel Plopper, director técnico de la estación Obispo Colombres del INTA. Esto dijeron.
“A pesar del clima, el negocio agropecuario, en general, está bien. Y también a pesar de la alta presión fiscal, no sólo nacional, sino también provincial”. (Pereyra)
“Las amenazas son el greening (nuestra zona es muy vulnerable), que impacta en la produccion y la comercialización y las enfermedades cuarentenarias”. (Plopper).
“Terminaremos este año con unas 300.000 t de fruta fresca de exportación y se molerán unas 700.000 t para industria. Tucumán va a desarrollar este tipo de cultivos y de agroindustria. Pero falta más apoyo, porque la Argentina no es buena vendedora de sus productos. Hablo de Cancillería y del Senasa”. (Sánchez Loria).
“Yo represento al productor medio (entre 50 a 100 hectáreas) y que tenemos claro que hay que hacer fruta de calidad. La fruta fresca históricamente se pagó enter u$s 50 a 60/t en fábrica. Y hoy con valores más bajos (u$s 20/t) hay muchos que ni siquiera les dan los números para pagar la cosecha”. (Bleckwedel).
“El de la fruta fresca y para industria son dos negocios completamente distintos. El panorama industrial es diferente para aquellos que hicieron contratos de largo plazo (están mejor) que para los que vendieron spot. El productor independiente, que tiene fruta fresca, es quizá el que mejor negocio hace. No mejor precio, pero sí más seguro, porque obliga a la parte industrial a comprarle la totalidad de la quinta. La demanda de China en limón va a ser muy importante”. (Bulacio).
¿Sabremos aprovechar la oportunidad? Nadie quiso arriesgar.
Daniel Díaz
Enviado especial aTucumán
