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Una alerta naranja para el trigo: no paran de extenderse las zonas bajo situación de sequía

El mapa semanal de reservas hídricas muestra un deterioro en las condiciones de los suelos, en forma generalizada. En la zona núcleo, casi la mitad de los lotes de trigo están en regular o mal estado y se adelantó la llegada de las royas.

Un lote con riesgo de perder potencial de rendimiento ante la falta de agua en Carlos Tejedor, Buenos Aires. (Imagen de Dante Garciandia)
Favio Re
Por Favio
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La Oficina de Riesgo Agropecuario (ORA), una dependencia de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, elabora todas las semanas un mapa de reservas hídricas de trigo y las imágenes que muestra son cada vez más decepcionantes.

El color naranja representa los suelos en condición de sequía y lo que se advierte es que la mancha con esa tonalidad se va agrandando semana a semana, tal como lo reflejan las imágenes a continuación.

reservas hidricas ora

“Se observa un desecamiento de las reservas hídricas en suelo, en forma generalizada”, resume el reporte de la ORA, dejando en claro la preocupación que existe al respecto.

LAS REGIONES MÁS COMPLICADAS PARA EL TRIGO

Según la ORA, el panorama geográficamente se distribuye de la siguiente manera:

  • Santiago del Estero, Córdoba, Santa Fe y oeste de Entre Ríos, prácticamente no cuentan con reservas en el perfil, mostrando unidades de suelo en condiciones de sequía. “En estas provincias el cultivo ya debería haber transitado el periodo crítico para déficit hídrico o estar por encima de la mitad del mismo”, alerta.
  • Lo mismo sucede al oeste de Buenos Aires y al este de La Pampa, donde el periodo crítico para déficit recién está comenzando.
  • Corrientes y norte de Entre Ríos cuentan con reservas adecuadas a óptimas, dado que las lluvias de las semanas anteriores fueron un buen aporte.
  • El resto de Buenos Aires presenta reservas adecuadas a regulares, manteniendo buena humedad en la principal región triguera, que atravesará el periodo crítico para déficit hídrico recién hacia finales de octubre y más de la mitad de noviembre.

EN LA ZONA NÚCLEO GANA LA PREOCUPACIÓN

Del mismo modo, el último informe semanal para la zona núcleo de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), menciona la “angustia” de los productores ante el “desconcierto” que significa una tercera campaña consecutiva donde domina la sequía y pone en riesgo la producción triguera regional.

De acuerdo con la entidad rosarina, el 43% de los lotes están entre regulares y malos, lo que significa cerca de un millón de hectáreas, en las que el 70% está atravesando período crítico, entre despliegue de la hoja bandera y floración.

El panorama, de todos modos, es mejor que el desastre del año pasado, cuando un 80% de los planteos estaba en esta situación, e incluso ya se evaluaban secar 500.000 hectáreas que no valía la pena cosechar.


De cualquier manera, debido a la falta de agua que es crítica sobre todo al oeste (Córdoba) y norte (centro de Santa Fe) de la región núcleo, ya hay perpsectivas de rindes de apenas 15 quintales por hectárea, cuando el promedio para esta zona del país en los últimos cinco años (sin contar los pésimos números del ciclo pasado) orilla los 40 quintales.

El panorama completo en la zona núcleo se puede consultar AQUÍ.

LAS ROYAS SE ADELANTARON CON LOS “VERANITOS”

En paralelo, el INTA Marcos Juárez difundió un análisis de la campaña de uno de sus principales expertos en trigo, Enrique Alberione, quien advirtió que a los problemas climáticos se suma un adelantamiento de los ataques de hongos.

Según el especialista, el problema fue que hubo pocas heladas en el invierno, al contrario de lo sucedido el año pasado, e incluso hubo algunas jornadas con temperaturas demasiado cálidas para la época, lo que hizo que las enfermedades proliferaran antes de tiempo.

“En algunos puntos específicos (del sudeste cordobés) arrancaron las royas de manera anticipada, lo que obligó a trabajar con aplicaciones de fungicidas de manera temprana para reducir los niveles de inóculo”, explicó.

Ahora, manifestó que la roya sigue instalada, y no se trata solamente de roya de la hoja, sino también amarilla o estriada, y naranja.

Desde su punto de vista, ante este panorama, “hay que ir a los lotes y tratar de ponerle algún numerito de incidencia o severidad, ver en qué manera afecta la infección y poder actuar de manera anticipada en el control”.

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