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Una alternativa de menor costo

Los analistas afirman que las condiciones de mercado son buenas para el cultivo en la campaña 2008/09. Además, el clima seco y el bajo costo relativo lo convierten en un aliado del productor. La tecnología que se viene para obtener más quintales. Infocampo sondeó sobre las causas que marcan este buen panorama.

Los analistas afirman que las condiciones de mercado son buenas para el cultivo en la campaña 2008/09. Además, el clima seco y el bajo costo relativo lo convierten en un aliado del productor. La tecnología que se viene para obtener más quintales. Infocampo sondeó sobre las causas que marcan este buen panorama.
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Por Infocampo

De cara al comienzo de la campaña de girasol, el contexto internacional para la producción argentina aparece como favorable.

Infocampo sondeó sobre las causas que marcan este buen panorama, lo que derivará en una mayor intención de siembra.

En primer lugar, el valor de la tonelada aceite de girasol, que determina el valor del grano, se ubica en torno de los u$s1.100, superando en u$s400 su valor histórico para igual fecha. En segundo lugar, con una mala campaña 2007/08 para el Hemisferio Norte, se instaló a nivel internacional la escasez de stocks de aceite.

Aun, a pesar de una cosecha histórica para la Unión Europea, Ucrania y Federación Rusa, no se repondrán las estrechas existencias de aceite.

En este último aspecto, Jorge Ingaramo, asesor económico de Asagir (Asociación Argentina de Girasol), dialogó con Infocampo y opinó: “Al momento de ofrecer nuestro girasol, en contraestación, al mercado internacional, desde febrero a septiembre, estimativamente habrá muy bajas reservas análogas a las de la última campaña que tan sólo pueden abastecer al mercado por 15 días”.

Dentro de un marco técnico, el girasol es una herramienta necesaria dentro de una agricultura sustentable en rotación y al mismo tiempo se convirtió en un cultivo clave para determinadas economías regionales.

Productores y técnicos de la oleaginosa llegaron hasta la localidad de General Pico (La Pampa), centro de la zona núcleo, y participaron de las charlas técnicas dadas por distintos especialistas en la 3ª jornada de actualización técnica organizada por DuPont/FMC.

Como conclusión del encuentro se desprende que la calidad del ambiente, la estructura del cultivo, el agua y la nutrición representan el 80% del peso relativo en la formación del rendimiento, mientras que el porcentaje restante comprende la protección y las pérdidas de cosecha.

El especialista Gustavo Duarte, quien detalló los aspectos para la optimización del rinde, sostuvo que el agua almacenada a la siembra de girasol explica el 70% de la variación del rendimiento. Esto se relaciona con la capacidad del cultivo de profundizar y extraer agua de los estratos más profundos que contribuyen a la tolerancia a la sequía. Duarte delineó algunos aspectos inherentes a la economía del agua. El mejor antecesor para el girasol es maíz, y teniendo en cuenta que la oleaginosa se produce en áreas ganaderas, las pasturas se ubican en el otro extremo ya que consumen buena parte del agua almacenada. Por otra parte, los perfiles con impedimentos físicos cercanos a la superficie impactan negativamente sobre los rendimientos.

Con un inicio de campaña pluviométricamente deficitario, cabría esperar la llegada de las lluvias que favorezcan el desarrollo radical en profundidad.

Luego serán necesarios durante la estación de crecimiento valores de 630 mm para alcanzar altos rendimientos. Por otra parte, la variación del rendimiento se encuentra altamente correlacionada con la captación de la radiación, ya que buena parte de ella se captura en los estratos superiores.

Entonces, como desafío de manejo se plantea generar alta biomasa foliar que maximice las tasas de crecimiento durante la amplia ventana de tiempo crítica para el cultivo, que se extiende a lo largo de toda la etapa reproductiva.

Por último, el técnico detalló la interacción de distintas variables para definir a la siembra de girasol. Con fechas de siembra tempranas habrá un período de aprovechamiento de recursos mayor, con lo cual se pueden utilizar híbridos de ciclo largo con una presión de densidad menor, para lo cual no existan restricciones hídricas en floración.

Es importante destacar que la densidad varía con el genotipo y el ambiente explorado. Cuando los recursos no son limitantes, entre 40/60 mil pl/ha generan altos rendimientos.

Por el contrario, con recursos limitantes, disminuir la densidad de siembra es una buena estrategia para captar más radiación a floración.

En este aspecto, se acerca como desafío para la investigación el desarrollo de híbridos sensibles que posean mayor capacidad de reacción ante cambios en la densidad poblacional, como por ejemplo frente a una disminución del stand de plantas por el ataque de una plaga.

En esta línea continúo Martín Díaz-Zorita, especialista en fertilización. Él sostuvo la importancia del agua y la nutrición como generadores del área foliar y factores definitorios y limitantes del rendimiento, respectivamente.

Díaz-Zorita detalló que el cultivo principalmente responde a nitrógeno, en menor medida a fósforo, y que se han encontrado respuestas contundentes al boro en el NEA, zona núcleo y sodoeste bonaerense.

El fósforo es imprescindible en la implantación del cultivo, ya que favorece el anclaje debido a su injerencia en el desarrollo radical. Con niveles de este macronutriente mayores o iguales a 10 ppm, hay respuestas consistentes.

A diferencia del cultivo de maíz, que requiere dosis creciente de nitrógeno, el girasol posee una dosis universal, y oscila entre ser nula o 40 partes/ha. Las aplicaciones intermedias entre estos extremos generan respuestas variables en el rendimiento.

Aproximadamente para generar 1 t de girasol/ha son necesarios 45 kg N/ha; de esta manera, si los análisis de 0-60 cm arrojan valores superiores a 80 kg/ha, se pueden omitir las fertilizaciones nitrogenadas, siempre y cuando el contenido hídrico permita la absorción del nutriente.

La solubilización del fertilizante nitrogenado ocurre entre 6 a 8 días. Existe una ventana óptima para aplicación que se encuentra entre la segunda y la octava hoja (V2 a V8). Se puede planificar la aplicación para comenzar con la segunda hoja expandida y finalizar en la octava.

La aplicación de boro es foliar y se recomiendan dosis de 8 a 10 kg de producto/ha.

En este caso su respuesta depende de la interacción con la genética, no todos los híbridos interaccionan de igual manera.

El ingeniero agrónomo y gerente general de La Tijereta, Luis Pérez, manifestó a Infocampo que las dos últimas campañas de girasol se iniciaron con situaciones hídricas con condiciones similares a las actuales, y luego las lluvias de septiembre recargaron los perfiles.

Sin embargo, aclaró, al inicio de la precampaña existía mucha fluidez en el negocio del girasol y luego cayó la toma de posiciones en torno de este cultivo, lo que lo atribuyó a dos causas: por un lado, el descenso de los valores de los commodities en el mercado internacional, y, por otro, la variación climática.

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