El presidente de Uruguay José Mujica y el vicepresidente Danilo Astori discreparon por los medios ayer sobre cómo gravar al agro. El cruce público entre presidente y su vice causó malestar en la bancada oficialista, que busca cómo contrarrestar el quiebre dentro del gobierno.
No hay antecedentes en el vecino país en el cual el presidente y el vicepresidente estén al mismo tiempo en diferentes medios de comunicación haciendo afirmaciones opuestas sobre un mismo tema, en este caso sobre los tributos al agro.
Mientras el presidente José Mujica realizaba su audición en la FM privada M24, el vicepresidente Danilo Astori era entrevistado en radio El Espectador.
Según un artículo publicado hoy por el diario El País, ambos hablaron fundamentalmente sobre la propuesta de Mujica para aumentar la tributación a los propietarios de más de 2000 hectáreas y sus posibles alternativas. Pero mientras Mujica decía que dicho planteo no cambia las reglas del juego, Astori sostenía lo contrario. Mientras el presidente afirmaba que la medida apunta a desconcentrar la propiedad de la tierra, el vicepresidente señalaba que puede agudizar esa situación.
Tanto Astori como diferentes dirigentes frenteamplistas, incluso del propio MPP, negaron haber participado de las reuniones a las que aludió Mujica el lunes 6 en el gabinete productivo en las que se estarían buscando mecanismos para sacar al presidente.
Para Mujica, su propuesta es “contra la concentración excesiva” de la tierra. Según Astori, la propuesta del presidente no solo no frenaría la concentración de la tierra, “sino que incluso en algunos casos la puede agudizar”. Astori agregó que “por la vía tributaria no se frena la concentración de la tierra”.
El mandatario, en tanto, afirmó en su audición que “acá no hay ninguna revolución, ninguna confiscación, ningún cambio de reglas de juego”, sino de pedirle “una manito” a quienes se han beneficiado de la valoración de la tierra en los últimos años.
Para Astori, sin embargo, esta propuesta “no solo no es capaz de frenar la concentración de la tierra, sino que tiene el riesgo de sugerir cambios en las reglas de juego que pueden sucederse y acentuarse en el futuro”.
“Cuando se lanza una señal por pequeña o modesta que sea -la verdad es que cualquiera sea el camino que tomemos esta es una señal muy modesta-, lo que se puede estar sugiriendo es que pueden haber nuevos cambios en el futuro y eso podría generar una sensación de incertidumbre, y la incertidumbre no es buena compañera de las decisiones de inversión”, acotó Astori.
Lo recaudado por el nuevo impuesto sería “para mejorar las vías de comunicaciones interiores de los departamentos”, dijo Mujica, y a partir del segundo año, una parte de los US$ 60 millones que se prevén recaudar irían para el Instituto de Colonización y para “enfrentar las viarazas del clima, utilizando métodos de participación de la propia gente y aplicando este criterio: el que paga controla”.
Mujica dijo que “hay un sector muy fuerte, por lo menos respecto a la cantidad de tierra que tiene, que apenas pueden ser unas 1.200 empresas, que se ha favorecido enormemente por la suba del valor de la tierra en estos años, multiplicando el capital varias veces con una altísima capitalización”.
“Si son grandes productores se matan de risa de lo que les estamos poniendo, si son especuladores nada más, les va a doler y entonces tienen que producir o darle otro destino (a la tierra). Esto es pedirle a la concentración excesiva de la tierra y a muy altas propiedades”, sostuvo Mujica.
El principal argumento por el que Astori se opone a la propuesta de Mujica “es que, en primer lugar, el impuesto no distingue las diferentes situaciones” que existen en el agro.
A su entender “el punto de referencia son los ingresos, la productividad y la rentabilidad”, y adelantó que la propuesta alternativa que elabora apunta a “obtener recursos en función de la capacidad contributiva de los productores y no lanzar señales negativas para el crecimiento del sector”.
Mujica dijo que no quiere subir el Impuesto a la Renta de las Actividades Empresariales (IRAE), “porque le sube a todo el mundo y no queremos castigar a los buenos productores”.
Los dos principales jerarcas de gobierno también difirieron ayer en cuanto al tratamiento de este punto. Astori “desearía que estas discusiones tuvieran menos exposición pública” al tratarse de asuntos tributarios. Mujica dijo que podría reclamar la disciplina partidaria, pero que no lo hará, se va a “bancar lo que me toque” y no impondrá nada.
“Eso sí, tenemos el franco derecho a lo largo y ancho del país de decir lo que pensamos, en el acierto o en el error”, afirmó el presidente.
Astori indicó que tanto él como Mujica están abiertos a ser convencidos con argumentos de peso y que “con el objetivo de lograr acuerdos” conversarán antes del lunes, en que se presentará un diseño alternativo a la propuesta de impuesto a la tenencia de tierras. Astori confió en que habrá acuerdo.
“No va a haber dos propuestas, va a haber una sola y todos vamos a respetar la propuesta que apruebe el gobierno a través del presidente de la República y su Consejo de Ministros, nos guste o no nos guste”, dijo Astori.
Las discrepancias públicas entre Mujica y Astori ahondaron las diferencias entre el Movimiento de Participación Popular, el sector que fundó el presidente, y Asamblea Uruguay, liderado por el vice.
Dirigentes de Asamblea Uruguay dijeron a El País que “Astori no tuvo otra salida que debatir públicamente, porque no puede dejar que lo pasen por encima en lo que respecta a la política económica”, y agregaron que antes de las elecciones ya se había acordado que el vicepresidente iba a comandar la línea económica.
“Estaban diciendo exactamente lo contrario, uno en una radio y otro en otra, eso no puede ser”, dijo a El País un diputado frenteamplista en referencia a la audición de Mujica y la entrevista a Astori.
Para Lucía, Astori está equivocado
La senadora Lucía Topolansky (MPP) dijo ayer que el argumento que utiliza el vicepresidente Danilo Astori sobre la concentración de la tierra “es equivocado”.
“No estamos hablando de arrendatarios a los que les suba el arrendamiento, ni estamos hablando de productores medianos y pequeños”, aseguró la legisladora.
Según Topolansky, el impuesto que plantea el presidente José Mujica a los propietarios de tierra con más de 2.000 hectáreas “es completamente pagable, porque el precio de la tierra se multiplicó por nueve en los últimos años”.

