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Viticultores chilenos pierden rentabilidad por la apreciación del peso

La revaluación del peso chileno, junto con el alto costo de los combustibles, el aumento de la inflación y una sequía que disminuyó el rendimiento de las cosechas, han hecho del sector del vino un símbolo de los males económicos del país.

La revaluación del peso chileno, junto con el alto costo de los combustibles, el aumento de la inflación y una sequía que disminuyó el rendimiento de las cosechas, han hecho del sector del vino un símbolo de los males económicos del país.
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Por Infocampo

El viticultor Santiago Margozzini pela una uva y la alza a la luz en un día brumoso y soleado en el valle de Colchagua en el centro de Chile.

La pulpa translúcida de la fruta tiene un matiz verde, lo que demuestra que aún faltan unas pocas semanas para que esté lista para cosechar. Recoger las uvas de la variedad carménére muy temprano producirá un vino tinto con sabor a té verde, dice Margozzini. Hay que tener paciencia, y buena suerte, para conseguir el sabor que les gusta a los compradores estadounidenses. “Es muy suave y redondo’, dice. “Es lo que les gusta a los gringos”, añade.

Este año es posible que ni siquiera una cosecha perfecta baste para garantizar el éxito en la empresa para la que Margozzini trabaja, Viña MontGras SA, de Santiago. Los beneficios sin precedentes del cobre, la exportación más importante de Chile, causaron un alza de 14% en el valor del peso frente al dólar estadounidense durante el primer trimestre, lo que ha disminuido la renta de cada botella que las bodegas del país venden en el extranjero.

“El tipo de cambio nos está matando’, dice Margozzini, de 42 años. Los viñedos de Chile, con un importe de ventas al exterior de 1260 millones de dólares el año pasado, se han ganado el reconocimiento internacional e impartido distinción a un sector exportador dominado por la minería. Ahora la subida del peso, junto con el alto costo de los combustibles, el aumento de la inflación y una sequía que disminuyó el rendimiento de las cosechas, han hecho del sector del vino un símbolo de los males económicos del país.

“Todas las estrellas se han alineado mal este año’, dice Diego Callejas, director comercial de Viña Casa Tamaya del Limari, empresa con sede en Santiago.

El crecimiento económico bajó a un 3 por ciento en el primer trimestre, lo mínimo desde el 2003. El 12 de mayo el banco central bajó su banda de pronósticos de la expansión del 2008 por un medio punto porcentual a entre 4 y 5%, dando por razones los altos costos del agua y el petróleo y el empeoramiento de la economía internacional. En los 12 meses hasta el fin de abril la inflación fue de un 8,3%, más de tres veces la de un año antes.

La economía se está sumando a los dolores de cabeza de la presidenta Michelle Bachelet, socialista, de 56 años, que fue arrestada y torturada en 1975 durante la dictadura del extinto Augusto Pinochet.

Los obreros a contrata hicieron huelga en la Corporación Nacional del Cobre, la empresa minera estatal conocida por Codelco, durante 20 días en abril y principios de mayo. La huelga redujo la producción del mayor productor de cobre del mundo por hasta un 41%, lo que había causado pérdidas de casi 100 millones de dólares al 29 de abril y contribuyó a que el precio del cobre subiera a un récord en la división Comex de la bolsa de futuros Nymex de Nueva York.

“El trabajador tiene que compartir el dinero que da el cobre’, dice Luis Garrido, dirigente de la Confederación de Trabajadores del Cobre, que organizó la huelga. “Anda en busca de aumentos salariales, y eso quiere decir más organización, y eso, más protestas’.

Los males de Chile son, en muchos sentidos, dificultades engendradas por la prosperidad. Las exportaciones récord del cobre han ayudado al país a medrar. Es ahora la nación más rica de América Latina, según Standard & Poor’s, que calcula que el producto interno bruto per cápita será de u$s 10.728 este año.

La fuerte demanda de China produjo un aumento de más de 350% en el precio del metal durante los cinco últimos años. Los contratos de futuros del cobre para entrega en julio cotizaban ayer a u$s 3,578 la libra después de haber sentado una marca histórica de u$s 4,2605 la libra el 5 de mayo.

“El mundo subdesarrollado está construyendo ciudades, construyendo un mejor nivel de vida’, dice Richard Adkerson, jefe ejecutivo del productor estadounidense de cobre y oro Freeport-McMoRan Copper & Gold Inc.

La entrada de dólares al país –por la exportación del cobre y las inversiones de extranjeros atraídos por el aumento de las tasas de interés– ha producido un alza de un 2,2 por ciento en el valor del peso este año, a 484,77 pesos por dólar ayer. El tipo llegó a 427,40 pesos por dólar el 11 de marzo, la mayor valoración en más de diez años.

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