El Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) aclaró que el antibiótico de uso no permitido, llamado natamicina, encontrado por las autoridades de control sanitario de Alemania en algunos vinos argentinos “no implica” un riesgo para la salud de los consumidores.
“Si bien la natamicina no tiene toxicidad, es decir, no significa un peligro para la salud del consumidor, nuestros esfuerzos están dirigidos a lograr, lo más rápidamente posible, la eliminación de dicho problema en vinos de nuestro país, dado que su uso no está autorizado”, indicó el instituto. La inversión realizada para erradicar dicho antibiótico de los productos argentinos fue de u$s 500.000.
Es que el gobierno alemán dispuso el retiro del mercado y la suspensión de la importación del vino desde la Argentina.
Las autoridades alemanas descubrieron restos de la natamicina en siete vinos mendocinos, de los 42 vinos argentinos analizados, según informó Peter Hauk, ministro de Defensa del Consumidor de Estado Federado de Baden Wurttemberg.
En total se investigaron en las últimas semanas 237 vinos de países productores como España, Chile, Sudáfrica, México y Estados Unidos. Frente a esta situación, el INV adoptó una serie de medidas con el objetivo de “dar una rápida y efectiva respuesta”.
Hubo visitas técnicas con los laboratorios de control de las ciudades alemanas de Maguncia, Hamburgo y Berlín; y dos funcionarios del INV viajaron a Alemania para tomar contacto directo con las autoridades sanitarias en ese país y se interiorizaron sobre el equipamiento analítico utilizado para la determinación de natamicina, el que tiene una sensibilidad 300 veces superior al utilizado en la Argentina.
Además, el INV incorporó el análisis sobre la presencia de natamicina como control de rutina; se adoptaron una serie de recaudos para que dichos estudios de laboratorio o de aptitud de exportación no se demoren más de 7 días; y se compró un equipo HPLC de alta sensibilidad para la determinación del compuesto que le permitirá trabajar con un límite de cuantificación similar a los equipos utilizados en los laboratorios de control de Alemania que es del orden de diez microgramos por litro (10 μg/l).
(Nota publicada hoy en el Semanario Infocampo)