Los datos ampliados de la Balanza de Pagos correspondiente al segundo trimestre de 2013 dieron cuenta de que la inversión extranjera directa en la Argentina se redujo en ese período 34,9%, a u$s2.283 millones, el menor nivel desde fines de 2011 para un período de tres meses.
Nadie está dispuesto a traer fondos, si después no los puede sacar
La baja más significativa se observó, según el organismo oficial de estadística, en el componente de aportes de fondos de las casas matrices de las empresas de capital extranjero radicadas en el país. Pasó de u$s1.302 millones un año atrás a sólo u$s541 millones, en el último dato. Semejante contracción de 58,5% llevó al menor nivel desde el tercer cuarto de 2010, cuando la economía mundial no había alcanzado a reponerse de los efectos de la crisis financiera e inmobiliaria en los EEUU.
“Nadie está dispuesto a traer fondos, si después no los puede sacar”, confiaron a Infobae voceros de empresas extranjeras que se en el pasado reciente se caracterizaron para encarar notables emprendimientos, que excedieron a la reinversión de utilidades.
Fue justamente el cepo cambiario, y en particular las trabas de hecho para el pago de dividendos a los accionistas de empresas que operan en el país pero que residen fuera de la frontera, los factores que llevaron a una marcada baja de la IED.
Según el Indec al cabo del primer semestre se registraron IED por u$s5.165 millones, las cuales representaron una disminución de 31,7% en comparación con los u$s7.563 millones que se habían anotado en similar período de 2012.
La IED cayó en el semestre 31,7% interanual
El organismo de estadística volvió a tener dificultades para estimar la IED financiada con deuda con matrices y filiales, aunque se estima, en función del balance cambiario del Banco Central, que lejos de ingresar fondos, se habrían cancelado parte de los compromisos asumidos en el pasado. Tampoco dio cuenta de la IED por “cambios de manos” de tenencias accionarias. En ambos casos se trata de valores que no modifican la tendencia contractiva del agregado.
Cada vez más dólares en los colchones
Por el contrario, los “activos externos del sector financiero y no financiero”, es decir de capitales que salen del sistema bancario institucional y no se vuelcan a la inversión productiva ni al consumo en el país, fue estimada por el Indec al cabo del segundo trimestre en u$s208.405 millones, superando largamente el monto de la deuda externa pública y privada, que ubicó en u$s135.040 millones.
Los activos externos de residentes suman u$s208.000 millones
Significó un aumento de u$s1.689 millones en los tres meses y u$s7.319 millones en los pasados doce meses, pese a las restricciones que impusieron las acciones conjuntas de la AFIP y el Banco Central de la República Argentina para aprobar la venta de cambios a residentes con fines de ahorro.
Después del virtual estancamiento en 2005, cuando tuvo lugar el primer canje de deuda en default, la estadística del Indec muestra un proceso continuo de fuga de capitales, en su mayor parte hacia opciones de ahorro no sujetas a rentas, como atesoramiento en cajas de seguridad bancaria y del hogar, e incluso literalmente en los colchones, es decir guardados dentro de las fronteras.
Incluso, algunos cálculos privados, como los de la consultora Orlando Ferreres, ubican el monto total de los activos externos en torno a u$s300.000 millones.
Se trata de magnitudes que podrían ser atraídas para la inversión productiva si se genera un clima más amigable para la inversión. Para eso, empresarios y economistas coinciden en resaltar la necesidad de comenzar a desarmar la maraña de controles de precios, subsidios cruzados, y el cepo cambiario, en particular para la inversión y el pago de dividendos.
Desde la crisis de 2001, el Indec estimó que los activos externos se elevaron en casi u$s100.000 millones, alcanzando en la actualidad un promedio de u$s5.028 por habitante.
