En este punto (resta todavía el acuerdo para los aceiteros), el Gobierno tiene la gran oportunidad de premiar al que cumple con la normativa y ponerlo en ventaja respecto del que opera en la informalidad.
La Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario solicita una cantidad de requisitos para acceder a los reembolsos, que sólo los que han venido cumpliendo con las normas están en condición de satisfacer.
El caso de los feedlots puede ser un ejemplo. En 2001, el Senasa publicó la resolución 70, que creaba un registro de engordes a corral.
Si bien este registro no se encuentra accesible para el público en general, hay indicios que no todos los feedlots que operan en el país se han inscripto en él. La diputada santafesina Mónica Tomei, autora de un proyecto de ley de feedlots para su provincia, señala que mientras que la provincia computaba 278 establecimientos, el registro del Senasa incluía sólo 119 en ese territorio.
Para acceder al reemboloso, quienes no se habían anotado y lo hagan ahora serán considerados como ânuevosâ establecimientos y sólo se les reembolsará el 10% del stock en el primer mes, subiendo de a 10 puntos porcentuales por mes.
Además, la normativa exige que los reembolsos se efectivicen contra comprobante de la transacción de hacienda y con el DTA de la hacienda, con lo cual es de esperar que las prácticas comerciales informales se vean desalentadas por el incentivo de acceder al reembolso.
