En la provincia de Río Negro el negocio alrededor de la ganadería ovina continúa creciendo. Las últimas estadísticas contaban que había alrededor de 1,7 millón de cabezas, pero hoy las estimaciones del stock provincial rondan las 2,4 millones de cabezas.
Según Daniel Lavallén, presidente de la Federación de Sociedades Rurales de la provincia, este crecimiento es el resultado de la implementación de la ley ovina con todos los beneficos que brindan a los productores junto con las líneas de crédito a las que pudieron acceder para repoblar los campos rionegrinos, y por último los excelentes precios del kilo de lana para exportación.
En este contexto, justamente el negocio en la provincia se centra básicamente en la producción de lana para exportación. La raza predominante en los campos rionegrinos es la merino, de la que se obtiene lana fina de primera calidad y está a la par de las provenientes de Australia, el mayor productor de ovinos del mundo.
Según Lavallén el kilo para exportación de lana fina se está pagando un poco más de u$s3 y remarca a su vez que estos valores son más que tentadores para los productores que continúan invirtiendo en genética y sanidad de sus animales.
Una oveja produce alrededor de 5 kilos, y la última zafra una de las mejores de los últimos años.
Lavallén agrega además que el precio del kilo de lana para exportación muestra valores sostenidos y una exportación fluida durante todo el año.
En la misma línea detalla que es un mercado que se rige totalmente por la oferta y la demanda lo que genera reglas comerciales claras y transparentes para los productores que se dedican a esta actividad.
El stock ovino en Río Negro está dividido en dos zonas: desde el Río Negro hasta el Río Colorado hay alrededor de 200.000 cabezas y en los campos comprendidos entre el paralelo 42 y el Río Negro está el mayor número de cabezas, alrededor de 2,2 millones. Esta última zona está abocada netamente a esta producción por sus condiciones climáticas.
Actualmente la provincia se encuentra bajo el status libre de aftosa con vacunación. Esta caracterísitica genera que no se pueda exportar la carne a la Unión Europea entre otros importantes destinos, por lo que la ganancia del productor se ve altamente reducida.
Mientras que en Río Negro un corderito, de alrededor de 22 kilos, se paga en los frigoríficos que luego lo faenan y los destinan al mercado interno, alrededor de $60, en provincias como Santa Cruz, Chubut y Tierra del Fuego, que gozan del status de libre de aftosa sin vacunación, el mismo animal, pero con destino a exportación, se paga como mínimo el doble, alrededor de $120.
Según Lavallén actualmente están dadas todas las condiciones para que la provincia sea declarada nuevamente libre de aftosa sin vacunación y remarca las acciones que están llevando a cabo las autoridades provinciales y nacionales.
Si se logra este status las reglas del negocio cambiarían absolutamente para los productores que además de lana producen carne.
Con respecto a las razas carniceras, Lavallén explica que en la provincia se están también produciendo animales más pesados de alrededor de 30 kilos.
Esto se logra gracias al cruzamiento de ovinos de raza merino, por ejemplo, con alguna raza carnicera. Este tipo de animales tiene muy buena aceptación en los frigoríficos, ya que su carne es más sabrosa.
