Una hembra joven de aguará guazú fue rescatada ayer al mediodía sana y salva en la localidad santafesina de Fisherton, después de que una asustada familia la descubriera en el garaje abierto de su casa gracias a los ladridos de los perros.
El insólito suceso tuvo final feliz: luego de que los propietarios de la vivienda llamaran a Defensa Civil municipal, un veterinario con vasta experiencia en especies silvestres, Guillermo Pérez Jimeno, fue convocado para anestesiar al aguará guazú y capturarlo, de modo de poder trasladarlo en perfectas condiciones de salud a la Granja La Esmeralda, un centro de rescate, reproducción e investigación de la fauna autóctona ubicado al norte de la ciudad de Santa Fe.
Según contó ayer el especialista a La Capital, nada en principio le permitió suponer que el animal, cuya especie se encuentra en peligro de extinción, haya estado previamente en cautiverio. Si bien presentaba sus patas y uñas muy lastimadas, Pérez Jimeno se inclinó por la hipótesis de que el aguará guazú haya caminado “kilómetros y kilómetros” sobre “suelo duro” hasta llegar a la zona poblada de Fisherton. Aun así, se encontraba en perfecto estado de salud.

