San Lorenzo igualó 1 a 1 con Instituto de local, dejó atrás la tormenta y aseguró su continuidad en primera división. Diego Lagos marcó para los cordobeses y Ortigoza, de penal, selló el resultado.
Por su parte, Rosario Central no pudo con San Martín de San Juan que con el empate en cero logró la permanencia en primera división, al hacer valer la “ventaja deportiva”, ya que el mismo resultado se registró en la ida.
En Buenos Aires, el Ciclón ratificó la categoría ante más de 45.000 personas que sufrieron, alentaron y ovacionaron a ídolos como Leandro Romagnoli y Bernardo Romeo, y luego a Julio Buffarini, un jugador que a base de sacrificio y humildad se ganó el cariño de los hinchas.
San Lorenzo fue un merecido ganador de la promoción porque de la ida disputada en Alta Córdoba se llevó una diferencia importante que obligaba a los dirigidos por Darío Franco a buscar el milagro de convertir tres goles en el Nuevo Gasómetro.
El Ciclón llegó a la última fecha del Clausura en descenso directo pero el triunfo ante San Martín de San Juan (3-1) y una serie de resultados le dieron una vida más que supo aprovechar con mucha actitud y, por momentos, buen juego.
En tanto, Instituto, que durante gran parte del torneo de la primera B Nacional fue líder y llegó a la última fecha con chances de ascenso directo (perdió 3-0 con Ferro), seguirá una temporada más en la segunda categoría porque no pudo recuperarse anímicante y dilapidó sus chances en el duelo de ida.
Con la obligación de encontrar un gol rápido, Instituto comenzó mejor con buena circulación y distribución de la pelota a ras del piso, algo que lo caracterizó en gran parte del torneo de la primera B Nacional pero falló en los metros finales.
El local aprovechando la ventaja se tiró unos metros atrás y regaló la posesión del balón ya que ni Néstor Ortigoza ni Enzo Kalinski cortaban el juego prolijo de los cordobeses.
En el segundo tiempo, la `Gloria` siguió con la misma intención de ataque pero con menos intensidad y dejando muchos espacios atrás, lo que provocó contragolpes peligrosos del dueño de casa.
Tras varios intentos, el elenco cordobés llegó al gol, a los 25´, luego de un centro enviado desde la derecha por el ingresado Nicolás López Macri, que Lagos empujó con el pecho con un ingreso sin marcas por el centro del área.
Luego de diez minutos de desconcierto por el tanto recibido, San Lorenzo se acomodó nuevamente en defensa y volvió a aprovechar los contragolpes ante un rival completamente jugado en ataque.
La ilusión de Instituto se derrumbó cuando Osvaldo Barsottini le cometió falta en el área a Kalinski y Lunati cobró el penal que Ortigoza convirtió en el empate para el desahogo de los hinchas luego de una temporada a puro sufrimiento.
En San Juan, el encuentro disputado en el estadio Hilario Sánchez, fue arbitrado por Patricio Loustau, quien expulsó al mediocampista de Central Reinaldo Alderete a los 15 minutos del segundo tiempo.
En el inicio del encuentro se evidenciaron los nervios del equipo rosarino, cuando el defensor Matías Lequi quiso rechazar el balón desde el sector izquierdo y no hizo más que enviarla al área propia.
El conjunto local, que contaba con la posesión de la pelota con un esquema inédito en defensa, con 5 futbolistas, respondió cuando Central intentaba generar peligro. Sumado al poco poder ofensivo de los rosarinos, el arquero Ardente tuvo pocas apariciones.
Por su parte, el campo del estadio Hilario Sánchez no estaba en buenas condiciones y eso conspiraba para el juego, donde la ansiedad y los nervios por un lugar en primera división se anteponían ante cualquier estrategia.
Central se acercó recién a los 31, a través de una buena acción de Medina, quien por izquierda recibió la pelota luego de un saque lateral, se desmarcó y habilitó a Castillejos que perdió en la definición ante el achique de Ardente. Fue la situación más clara del equipo de Juan Pizzi.
Durante la primera etapa no pasaron inadvertidas las sentencias del árbitro Patricio Loustau, quien no observó cuando Lequi y Carrizo, a los 16 y 18 respectivamente, tocaron con la mano el balón en el área ante intentos de Bogado y Carrusca.
El comienzo del segundo tiempo estuvo demorado por 8 minutos ante la inoportuna acción de algunos hinchas de Central, quienes se subieron al alambrado, detrás de uno de los arcos.
Ambos equipos estaban a un gol del objetivo y para Central, en especial, el reloj comenzó a ser un rival más. Consciente de ello, Pizzi envió a la cancha a Biglieri y Toledo por Gómez y Medina para darle fuerza a un débil ataque que tampoco fue asistido como correspondía.
A los 15, se produjo la expulsión del volante Alderete (doble amarilla) y Central sumó un nuevo desafío: ir en busca de la victoria con un jugador menos. Con ese impulso puso en aprietos, por momentos, a una defensa sanjuanina que no mantuvo el nivel de la primera etapa, pero erigió en figura a Ardente.
Con el paso del tiempo, el partido adquirió intensidad ante la necesidad de Central y los errores del local que había perdido, con un jugador más, la tenencia de la pelota.
En el minuto 32, Ardente despejó el remate de cabeza de Castillejos, que ganó en las alturas, y al minuto atrapó un cabezazo de Toledo, que desnudó una vez más las falencias de la defensa del equipo de Sava con las pelotas detenidas.
Sobre el final, Central chocó contra su impotencia, de la cual sacó ventaja San Martín que aguardó hasta el pitazo de Loustau para festejar el empate que le permitió mantenerse en la máxima categoría del fútbol argentino.
Rosario Central, que descendió en 2010 luego de perder en instancia de promoción con All Boys, jugará una nueva temporada en el torneo Nacional B.

