Ruter, el sistema integral que permite el destete híper precoz de terneros, se apresta a cumplir sus primeros 10 años y lo festejó repasando sus progresos y adelantando sus planes a futuro. Además, sus referentes destacaron el rol del producto en la intensificación de la ganadería.
“En la cría estamos trabajando con el objetivo de que la producción de carne supere los 500 kg/ha/año”, dijo a Infocampo, Walter Brignoli, Gerente de la división de Nutrición Animal (DNA) de ACA. Hoy, mientras “la producción de carne a nivel país está entre los 60 y 100 kg/ha. nosotros tenemos ensayos en campos de terceros, donde estamos por encima de los 400 kg/ha”, agregó el ejecutivo.
Según Brignoli, el trabajo “no es impracticable para un productor. Solamente tiene que cambiar la idiosincracia para pasar de los animales libres, que se atieden solos, a invertir horas de trabajo. No se necesitan grandes instalaciones, sólo el corral para separar el ternero de la madre”.
El sistema Ruter favorece el desarrollo del rumen, logrando la transición de lactante a rumiante en un lapso que va de los 24 a los 45 días de vida. Además, puede aplicarse tanto para animales destinados a tambo, como a aquellos destinados a cría, brindando inigualables ventajas en la relación costo–beneficio.
En estos 10 años, la DNA produjo 30.000 toneladas de Ruter, lo que equivale a 2 millones de bolsas, que fueron transportadas por 1.200 camiones; para alimentar más de 2,6 millones de terneros. En tanto, logró presencia en 12 países, habiendo vendido 1.235 toneladas en el primer ejercicio y esperando unas 5.000 para el año en curso.
“Es un producto que nos llevó a jugar en las ligas mayores. Apareció como un complemento de la línea de alimentos para terneros y de entrada marcó una diferencia muy importante con el resto”, aseveró Brignoli.
“Permanentemente lo fuimos mejorando. A medida que los técnicos encontraban que con un ajuste de la formulación se mejoraba la performance o respondiendo a algunas de las condiciones de los mercados que intentábamos alcanzar”, recordó el ejecutivo.
De acuerdo a las cifras presentadas por la DNA, los números de la cría en los campos experimentales y en rodeos de productores arrojan un 95 % preñez contra un promedio nacional de 60%; 4,8 vacas por hectárea cuando el promedio país es de 0,5; 400 kg de carne por hectárea, en cría, cifra que supera significativamente el promedio nacional de 50/60 kg; 10 a 12 % de incremento en la producción lechera; un anticipo de 3 meses en el ingreso de las vaquillonas a los programas de Inseminación y un porcentaje de morbi-mortalidad más bajos durante la etapa de crianza.
Esto, representa un aporte significativo a la intensificación ya que la mayor producción le permite al tambo trabajar con una menor cantidad de animales o destinar menos superficie a la actividad.
“Tenemos un producto que puede favorecer muchísimo la intensificación de la ganadería. Logramos muy buenos resultados en la aplicación del producto en tambos donde el 90% del producto se vende en ese mercado, donde tenemos datos muy relevantes de ganancias de un promedio de entre un 10 y 12 porciento más en las vacas lecheras que las terneras que no fueron criadas con el sistema”, indicó Brignoli.
Además, destacó que “disminuye los requerimientos nutricionales de las madres ya sea en el tambo o en los animales de cría y eso también ayuda a que la tierra se pueda disponer para otros usos y el ganadero achique su espacio. Nos permite aumentar la carga en forma muy importnte y nos permite algo fundamental: que cada animal pueda tener una cria por año”.
De cara al futuro, una trabajo más arduo es la capacitación. “La adopción de tecnología por parte de la cría siempre fue un tema muy difícil. El criador no está acostumbrado a incorporala en forma masiva, es el mercado donde más nos cuesta, pero en los lugares donde pudimos demostrar que la técnica se puede aplicar y que es rentable estamos logrando insertarnos”, finalizó Brignoli.
