Hoy en día, “no conviene producir biodiésel por los altos costos de la soja, más conviene hacer aceite”, señaló Juan Kissiel, gerente de la entidad cooperativa.
Las retenciones a las exportaciones de biodiésel son por estos días una nueva complicación. Ahora, los fabricantes de este combustible tienen que vender a menor precio que el gas oil, que se comercializa a $ 6,10, por lo que el biodiésel “no puede ser vendido a más de $ 5,70” dice el dirigente.
La cooperativa Sáenz Peña Limitada, entidad que logró a partir de la reconversión no solo resistir a la debacle cooperativa de los 90 sino también pudo posicionarse en el mercado a través de sus productos, ha logrado obtener una producción de 2.000 litros de biodiésel por día.
El producto ecológico es fabricado en una planta que la entidad instaló en su predio en el Ensanche Sur, y adquirida al empresario Isidro Wojtun de Resistencia, con materia prima aportada por los asociados a la cooperativa. La institución agrícola provee de este combustible a su flota de camiones de transporte, pero también avanzó en la comercialización a terceros.
Según publicó diario Norte, aA La elaboración tradicional del biodiésel, la cooperativa Sáenz Peña le agregó un filtrado de última etapa el cual permite contar con mayor calidad a la hora de su uso en vehículos diesel. Los análisis de calidad fueron realizados por la Universidad Nacional del Chaco Austral que determinó su alta calidad.
Sostiene el dirigente cooperativista al explicar las bondades del proceso de producción de biodiesel, que la fabricación de este combustible ecológico es sencilla, y que no requiere de economía de escala, refiriéndose a la generación por medio de plantas de gran envergadura.
Se parte de un aceite vegetal que se somete a un proceso llamado de transerterificación. Como resultante de esto se obtiene biodiésel, y un subproducto genéricamente conocido como glicerol, que tiene más de 1.600 usos en el agro, en la industria, en la medicina, y también se aplica en la comestología. En la cooperativa Sáenz Peña alcanzaron una producción diaria de 4.000 litros de aceite de soja, y 2.000 litros de biodiésel.
Por otra parte, pese a que el Gobierno decidió dejar, mediante un esquema de retenciones móviles, en 19,11% los derechos de exportación para el biodiésel, no publicó aún ninguna resolución con esa tasa, y esta indefinición derivó en los últimos días en un hecho insólito: la Aduana exige cobrar, hasta tanto no se conozca por escrito la norma, las retenciones con el viejo nivel.
Así lo confirmaron fuentes de la exportación y del negocio del biodiesel. Tras la confirmación por parte de la presidenta Cristina Fernández, el 19 del mes pasado, de la puesta en marcha de un esquema de retenciones móviles para este biocombustible.
En este marco, el viceministro de Economía, Axel Kicillof, y el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, informaron al día siguiente que este producto pasaba a tributar 19,11%, casi cinco puntos menos que su anterior alícuota del 24,4 por ciento.
Los exportadores no son los únicos que están a la expectativa. Las pymes de biodiesel, que aportan más del 35 por ciento del producto que usan las petroleras para su corte en un 7 por ciento con gasoil, se encuentran también en un clima de incertidumbre, porque el Gobierno todavía no publicó el nuevo precio interno al que deberán vender su biocombustible.
