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Según la FAO, descendió el empleo agrícola en las mujeres que viven en áreas rurales

Según la Organización, unas 14 millones de mujeres que viven en el campo de América Latina ya tienen trabajos que no son agrícolas como fuente laboral principal.

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Por Infocampo

En el Día Mundial de la Mujer Rural, la FAO, organismo de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura informó que descendió el empleo de agro en las mujeres que viven en áreas rurales de América Latina, según publicó Noticias Argentinas.

Así unas 14 millones de mujeres que viven en el campo de América Latina ya tienen trabajos que no son agrícolas como fuente laboral principal.

Entre 2010 y 2013, este tipo de trabajos, es decir los que no son agricultura, ganadería, silvicultura, caza y pesca, creció de 9.6 millones a 14 millones.

“Las mujeres que trabajan en el empleos rurales no agrícolas generan ingresos que son claves para su autonomía económica y para la seguridad alimentaria de sus familias. Sin embargo faltan políticas específicas para mejorar sus condiciones de trabajo, que reflejen estos cambios en la estructura laboral rural”, expresó Soledad Parada, consultora de género en la FAO.

Otra de las estadísticas que brindó el organismo es que el “45 por ciento de las mujeres mayores de 15 años que habitan en áreas rurales están ocupadas, y el 10 % de ellas trabaja en empleos rurales no agrícolas (ERNA), el cual ha crecido vigorosamente, tanto entre las mujeres como entre los hombres”.

“Este tipo de empleo creció un 29% entre las mujeres y un 27% entre los hombres durante el período 2000-2008”, según informó la FAO en un comunicado.

Soledad explicó que “esto nos muestra que el panorama laboral de las áreas rurales está cambiando. Por ende, las políticas públicas de los gobiernos y las intervenciones de la sociedad civil y de los organismos internacionales deben considerar este cambio para implementar acciones para fortalecer el empleo y la seguridad alimentaria”.

La razón de por qué se vuelcan las mujeres a los trabajos no agrícolas fue fundamentada en que “este tipo de empleo ofrece ventajas a las mujeres en términos de barreras a su entrada, mejores condiciones de trabajo y flexibilidad de horarios y una menor discriminación”.

“Más del 70% de las mujeres que trabajan en ERNA tienen menos de 45 años. Algo más de la mitad de ellas son casadas o conviven con una pareja y más del 80% vive en hogares de tres o más personas”, sostuvieron los datos de la FAO.

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