El gobierno nacional hizo un ofrecimiento, pero el sector frutícola lo consideró insuficiente y se abrió un compás de espera con el interrogante sobre cuáles serán, en definitiva, las medidas.
La cosecha de peras está cada vez más cerca y no son pocos los que aseguran que, en las condiciones imperantes, mucha fruta quedará en las plantas.
Productores, exportadores y representantes de la industria juguera se retiraron con gestos de resignación del encuentro que mantuvieron ayer en Casa de Gobierno con el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich; el secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández, y el ministro de Agricultura, Carlos Casamiquela, y del que participó también el senador nacional Miguel Pichetto.
En principio Nación se comprometió a otorgar un fondo (subsidio) de 50 millones de pesos, aunque después se deslizó que podría alcanzar un techo de 150 millones. La demanda del complejo frutícola había sido de 500 millones, cifra que sería inalcanzable. Otra posibilidad -comentó Pichetto- sería duplicar los reintegros de cinco a diez puntos (lo que dijo que representaría algo más de diez millones de dólares).
También se pondrían a disposición del sector productivo unos 300 millones de pesos para tomar en créditos blandos (con una tasa del 6%) otorgados por los gobiernos nacional y provincial.
Desde la Federación de Productores indicaron que para ellos no es relevante, dado que no saben si van a poder vender la fruta, según publicó ríonegro.com.ar.
Lo que habría quedado descartado de plano es la suspensión de las retenciones a la exportación de peras y manzanas (son del 5%), un reclamo en el que insistió Pichetto en estos días poniendo como ejemplo el caso de la pesca. Sobre esta posibilidad la cámara empresarial (CAFI) había cifrado expectativas.
“No se solucionan todos los problemas, pero lo que ofrece el gobierno es un avance”, sostuvo Pichetto.
Otra vía que quedó abierta fue intensificar las gestiones diplomáticas con el embajador ruso para que se baje el arancel superior al 4% que su país aplica a las importaciones y que está perjudicando las exportación de materias primas a ese destino. Es ésta una salida de mediano plazo que hoy no suma para la actividad.
La de la víspera fue la tercera cumbre y también la más hermética, dado que se preveía que no se alcanzarían resultados del todo satisfactorios. Capitanich anunció la propuesta y luego escuchó las posturas sobre las mismas. Pero todo terminó en la informalidad cuando el gobierno pidió a los productores y exportadores que elevaran una propuesta por mail al correo electrónico de Aníbal Fernández.
-¿No sería mejor cerrar esto antes que nada y después tratar de insistir en otras mejoras? -consultó un interlocutor del gobierno a un empresario.
-Yo acordaría, pero no tengo consenso -respondió el dirigente sectorial.
Entre los productores primó el principio de insistir en las demandas iniciales porque, de firmarse algo, después para replantear los temas puede pasar mucho tiempo.
